Este viernes, el máximo tribunal dictará la sentencia contra los 13 policías acusados del crimen del adolescente. “Una absolución sería injusta”.
El 7 de septiembre de 2022 comenzó el juicio por el crimen de Blas Correas, el adolescente de 17 años que fue baleado por la policía cordobesa en agosto de 2020. Tras un desfile de jurados y varios meses de debate, la Cámara Octava del Crimen de Córdoba dictará este viernes la sentencia para los 13 exoficiales involucrados en el trágico episodio.
Los exsuboficiales Lucas Gómez y Javier Alarcón llegaron al juicio imputados como coautores del delito de “homicidio calificado por sus funciones, por empleo de armas de fuego” y “homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado” contra los amigos de Blas, que iban en el mismo auto.
En tanto, los efectivos Wanda Esquivel, Sergio Alejandro González, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza y Juan Antonio Gatica están acusados de “falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público”.
“Estoy convencida de que hay pruebas sobradas de que los 13 son responsables, cada uno en el actuar dentro del entramado que armaron. Que hubiese alguna absolución sería injusto”, expresó Soledad Laciar, la mamá de Blas, en diálogo con TN. Juan, su hermano, agregó: “Espero y confío en que la Justicia va a estar a la altura de esto”.
Menos Alarcón, Gómez y Esquivel, que se hizo cargo de haber plantado el arma, el resto de los imputados pidió la absolución. “Son todos inocentes. Es vergonzoso. Yo esperaba que alguno se hiciera cargo de algo. Me hubiese llenado de paz que me hubiese mirado alguno de los que disparó y me diga ‘me equivoqué’. Mi visión es que nada podría hacer que quede alguno absuelto, pero está en las posibilidades”, dijo Soledad.
En las horas previas a conocer la sentencia, está nerviosa. Hace días que no duerme, que se despierta a la noche, que está acelerada y tiembla. Contesta todos los mensajes de WhatsApp que le llegan y recibe el cariño de sus amigos en este momento tan especial. “Ojala salga todo bien”, espera.
Aunque tiene expectativas de que condenen a perpetua a Gómez y a Alarcón, teme encontrarse con un veredicto desfavorable: “Son culpables, pero puede pasar que haya un revés y tengo que estar preparada. Que no me vaya a saltar la chaveta a mi ni a nadie, esto me revoluciona mucho”. En ese sentido, remarcó: “No quisiera tener una mala reacción, un gesto, nada. En todo caso, habrá que seguir la lucha y poder demostrar”.
“Nosotros ahí entramos sin Blas y nos vamos sin Blas. ¿Vas a estar contento si están todos presos? No, no me pone contento que 13 personas vayan a pasar su vida en la cárcel. Sí creo que es lo que corresponde por supuesto, pero no pasó por una venganza personal. Mi hermano me enseñó que hay que mirar para adelante para el cambio para las que las cosas estén mejor entonces”, enfatizó Juan
De todas formas, Soledad insistió: “Quienes lo mataron son quienes nos deberían cuidar. La policía no es dueña de la vida de nadie. Ellos no pueden decidir sobre la vida de los otros como si no importara”.
Por otro lado, a la familia le preocupa que se desestimen los pedidos de la fiscalía, que solicitó que se investigue al exministro de Seguridad Alfredo Mosquera, a la actual jefa de Policía Liliana Zárate Belletti, a otros oficiales y a dos comisarios de altos mandos. En la sentencia, la Justicia deberá responder a ese pedido.
Cómo avanzó el juicio de Blas Correas
En un principio, se calculaba que serían cerca de 20 audiencias: el cronograma original tenía previsto que el 25 de noviembre se conociera el veredicto. Sin embargo, la complejidad del caso y la cantidad de testigos empujó a que la fecha se extendiera.
Los efectivos tuvieron la oportunidad de declarar y dar su versión de lo que sucedió aquella madrugada del 6 de agosto en las primeras audiencias. De los 13, solo dos decidieron hablar: el cabo 1° Javier Alarcón y la oficial Yamila Martínez.
“Nunca disparé con intenciones de matar a nadie”, dijo Alarcón que, junto a Lucas Gómez, fueron los dos ex suboficiales que usaron sus armas contra el Fiat Argo en el que viajaba Blas. De pocas palabras, intentó justificar su accionar y aclaró que su intervención tuvo lugar luego de recibir un alerta sobre “un vehículo que supuestamente se dio a la fuga con seis ocupantes que podrían portar armas y que habían querido cometer un delito”. En tanto, Gómez negó los hechos y se abstuvo de declarar.
En el caso de Martínez, respaldó la versión de Alarcón respecto a que habían sido alertados por radio, pero aseguró haber escuchado los disparos de Gómez: “Quedé shockeada, no se respetaron los protocolos”, sostuvo.
También se conoció un video inédito del momento en que los principales acusados abrieron fuego contra el Fiat Argo, vehículo en el que se trasladaban los cinco amigos por el sur de la ciudad de Córdoba.
“Lloré porque lo primero que se me vino a la cabeza es que ahí adentro estaba mi hijo divirtiéndose. Lo vi 20 veces”, expresó Laciar tras ver las aberrantes imágenes y agregó: “No hay nada que pueda hacer dudar que esos dos bestias tiraron a matar. Desde el primer día sé que los chicos no hicieron nada. Yo los crié”.
Finalizada la etapa de indagatoria, tocó el turno de los testigos: subieron al estrado los papás de Blas y los cuatro amigos del adolescente que iban en el vehículo con él la noche del crimen.
Juan Cruz Camerano Echavarría era el joven que manejaba el auto que fue baleado. En su testimonio, manifestó que los 13 imputados dejaron que su amigo muriera: “A Blas lo tenía en mis brazos. Me miraba y pedía ayuda. No voy a olvidar nunca esa mirada”.
“Hoy todavía me cuesta entender lo que pasó, que mataron a uno de mis mejores amigos y que también me podía haber pasado a mí”, manifestó Mateo Natalí, otro de los jóvenes que viajaba. Además, cuestionó los tratos de la policía luego del hecho: “Me trataron como un delincuente. Me preguntaron por el arma que llevábamos en el auto y le dije que no teníamos ninguna, que no habíamos hecho nada”.
Cristóbal Bocco Cámara iba sentado en el asiento trasero, al lado de Blas: “Cuando escucho los disparos siento el zumbido de las balas. No tenía dudas que eran balas por el ruido de los vidrios rotos y de la chapa. Después Blas nos dice que le dispararon y veo que tenía un hueco de bala con orificio de entrada y salida”.
“Nunca voy a encontrar respuestas de por qué disparo la policía”, remarcó el joven. En esa jornada, Alarcón pidió la palabra para aclarar que él no había plantado el arma y responsabilizó a la agente Wanda Esquivel de haberlo planeado: “Me preguntó si yo tenía un arma y dije que tenía un revólver viejo y se lo di a ella. En ningún momento le indiqué lo que tenía que hacer”.
Algo que coincidió en los testimonios fue el hecho de que dejaron morir al adolescente. Tras la balacera, los chicos llevaron a Correas rápidamente hacia la clínica Aconcagua, donde no quisieron atenderlo. Por ello, hoy se tramita otra causa que fue elevada a juicio. Los empleados Sergio Casalino, Guadalupe Moya y Paola Andrea Mezzacapo están imputados por “abandono de persona” y “omisión de auxilio”.
Ante la falta de ayuda, decidieron ir a otro centro médico porque hasta ese entonces Blas todavía respiraba. Sin embargo, pocas cuadras después fueron detenidos por los oficiales que los buscaban tras haber huido del control. Allí mismo, minutos más tarde, un médico constató la muerte del adolescente.
En ese sentido, en otra audiencia fue exhibido un video que muestra que los policías mantuvieron detenidos a los chicos, con Blas agonizando en el auto. La grabación se extiende durante 14 minutos y muestra la inacción de los oficiales frente a la dramática situación.
Hubo otros testigos durante el juicio, como la jefa actual de la Policía de Córdoba, Liliana Zárate Belletti, y el exministro de Seguridad de Córdoba, Alfonso Mosquera, que indicó: “Lo que pasó es una de las páginas más oscuras de la policía. Fue un acto de violencia institucional y flagrantemente violatorio de los derechos humanos”.
La familia Correas criticó duramente su accionar, ya que consideran que hubo violencia institucional y que las autoridades del Gobierno cordobés tuvieron responsabilidad en el hecho. “Quiero saber qué medidas va a tomar la Justicia. Mosquera admitió que era responsable y no lo juzgaron”, había expresado a TN el papá de la víctima.
A fines del año pasado, se pasó a un cuarto intermedio por la feria judicial y se retomó en febrero, con algunas demoras por la renuncia de los jurados populares que reclamaban por ser mal pagos.