Pidieron perpetua para los tres policías de la Ciudad acusados de matar a un remisero en Villa Crespo

El lugar en donde murió Claudio Romano (Lihue Althabe)
El lugar en donde murió Claudio Romano (Lihue Althabe)

El juicio contra los tres policías de la Ciudad acusados del crimen del remisero Claudio Romano llegó a su etapa final. Este miércoles 18 de septiembre, a las 12, se dará a conocer la sentencia contra los imputados del Tribunal Oral Criminal N°12. La Fiscalía ha solicitado la pena de prisión perpetua para los oficiales Ramón Pérez, Daniela López y Beatriz Manzanelli, quienes están imputados por el homicidio agravado por abuso de autoridad y uso de arma de fuego.

La querella, representada por María del Carmen Verdú, pidió la misma pena que la Fiscalía en su alegato el pasado 13 de septiembre. Mientras que la defensa, a carga de los abogados Manuel Ramallo y Rodolfo Barrios, del Ministerio de Seguridad de la Ciudad, pidieron a los jueces del TOC N°12 la absolución de los tres policías, ya que consideraron que actuaron “en legítimo ejercicio de su deber” y amparados por la “legítima defensa”.

A su turno, Verdú solicitó a los magistrados que se disponga algún tipo de medida que garantice que los policías vayan al tribunal el día de la lectura de la sentencia, ya que los tres se encuentran en libertad. La acusación se sumó y lo consideró razonable en función de la pena en expectativa, tanto como una prohibición para salir del país.

Pero el presidente del TOC N°12 no estimó pertinente una modificación en la situación ambulatoria, pero sí alguna medida menos lesiva, como una acta compromisoria que postuló la defensa y restricción de dejar la Argentina. Los otros dos jueces estuvieron de acuerdo.

Claudio Romano tenía 39 años
Claudio Romano tenía 39 años

Hay que recordar que los tres policías llegaron al debate en libertad, separados de sus funciones habituales por la Policía de la Ciudad, pero siguen trabajando, según pudo saber Infobae.

Según la reconstrucción presentada por la Fiscalía, el 1° de octubre de 2019 Romano llegó a la calle Malabia del barrio porteño de Villa Crespo en su Volkswagen Polo, estacionó y descendió del coche. Estaba herido: tenía seis cortes en el cuerpo (cuatro en el tórax y dos en las muñecas) y fue hacia el patrullero bañado en sangre, especialmente en sus manos. Portaba un cuchillo tipo Kerambit.

Así, fue hasta el patrullero que estaba estacionado. Pérez era quien conducía el móvil, mientras que Manzanelli estaba sentado en el asiento del acompañante. López, por otro lado, estaba en la vereda a cargo de entregar una notificación a un portero de la cuadra.

Romano intentó atacar a Ramón Pérez, quien estaba en el patrullero, causándole lesiones leves. Luego, se enfrentó a Beatriz Manzanelli, quien le disparó en la pierna, dejándolo tendido en el suelo. A pesar de estar herido, el remisero intentó reincorporarse y hacer movimientos imprecisos con el cuchillo.

Pérez le apuntó y le gritó “alto, hijo de puta” y luego le pegó una patada en la cabeza. El remisero recién soltó el arma blanca que llevaba (con una hoja de siete centímetros de largo) inmediatamente después del puntinazo, cuando producto de una secuencia de cinco disparos seguidos, su cuerpo sufrió espasmos.

Los tres policías dispararon a la vez. Una de las balas dio en su tetilla derecha y le causó la muerte. Manzanelli y Pérez dispararon tres veces cada uno, mientras que López lo hizo en dos oportunidades.

La Fiscalía argumentó que, durante el tiempo en que Romano estuvo en el suelo, los policías no tomaron medidas para reducirlo, a pesar de su superioridad numérica.