Desde la empresa EDET se defendieron de las críticas por la falta de inversión y los elevados valores de las boletas. Señalaron que se están realizando las obras para que el sistema funcione y aseguraron que los sucesivos cortes de luz se deben a que falta inversión en las líneas de transporte de energía, no así en la distribución. No obstante, explicaron que las empresas de transporte no están obligadas a invertir para ampliar la red.
Una constante en la provincia, sobre todo en verano, son los cortes de luz y los problemas que estos ocasionan. A esta situación se suma el elevado valor que reflejan la boletas y que en muchos casos no se condice con la calidad del servicio que se oferta. Estas situaciones derivaron en multiples protestas por parte de organizaciones que defienden a los usuarios y que denuncian que los «costos desmedidos» que pagan los tucumanos se convierten en ganancias empresariales, pero que no se devuelven en inversiones.
En respuesta a este reclamo, desde EDET salieron a aclarar que «no todo lo que figura en la boleta se lo queda EDET. Cuando uno habla de la factura, pareciera que EDET cobra una fortuna por el servicio y eso no es así. El ingreso ronda el 35% de la factura, el resto es del costo de la energía (que pertenece a la empresa Cammesa) y después están los impuestos. Los últimos aumentos que hubo son por la quita de subsidios, que impacta en el costo de la energía, pero EDET tiene sus tarifas congeladas desde agosto del año pasado», señaló Guillermo Autino, del área de Comunicaciones de la empresa a cargo de la distribución de energía en Tucumán, en diálogo con Radio Prensa.
Más allá de eso, no desconoció que el servicio «tiene ciertos inconvenientes» en verano, cuando aumenta considerablemente el consumo, principalmente por la refrigeración para poder hacer frente a los calores extremos que afectan a nuestra provincia. Al respecto, explicó que la caída en la calidad del servicio se debe a cuestiones vinculadas al clima y a la capacidad instalada, sobre todo para el transporte de energía.
Vale aclarar que el sistema integrado se compone de 3 patas fundamentales: generación, trasporte y distribución. Solamente la última corresponde a EDET. La pata floja del trípode, según Autino, está en el transporte, es decir, en la capacidad de las líneas de alta tensión que llevan la energía hasta las estaciones transformadores desde donde EDET la capta para su distribución a los hogares. «El Bracho produce más de 1200 megavatios y tenemos infraestructura de distribución para 1300 o 1350 megavatios. Pero la infraestructura de transporte se estresa cuando llegamos a los 800 megas porque las líneas de alta tensión estan saturadas. Se necesita más líneas, mayor capacidad. Es como si la provincia tuviera los sapitos para regar el jardín, pero la manguera para abastecer los sapitos ya no es suficiente», subrayó.
Y respondiendo a las críticas acerca de la falta de inversión, apuntó que las empresas de transporte no están obligadas por ley a invertir para ampliar la red, sino que unicamente están obligadas a mantenerlas. Esas ampliaciones, sostuvo, se hacen en acuerdo con los gobiernos provinciales y nacional, con participación de la distribuidora. Así, señaló que EDET realizó inversiones que exceden su responsabilidad, tal es el caso de la Estación Generadora de El Manantial, que demandó un desembolso de 21,5 millones de dólares. «Es un obra netamente de transporte que la hicimos nosotros integramente y que excede las inversiones en distribución, pero que era necesaria para que nuestro sistema funcione», remarcó.
En ese sentido, también destacó la construcción de la línea de alta tensión entre El Bracho y Villa Quinteros, «que permitirá llevar energía directamente al sur -hasta Concepción-, descongestionando las líneas de alta tensión de la estación transformadora Independencia, permitiendo brindar mejor energía también en la zona este. Esto brindará soluciones al sistema de transporte y uno puede estar tranquilo por 10 o 12 años».
En cuanto al nivel de consumo en la provincia, aseguró que en 20 años se triplicó, pasando de 270 megavatios en el año 2001 a 800 megavatios en 2023. Por otro lado, señaló que en promedio una familia tucumana consume 250 kilovatios mensuales. «Si bien hay algunos casos que superan los 600 kilovatios, aproximadamente el 80% de los usuarios residenciales no supera los 400 kilovatios», señaló. Ante lo cual consideró que la segmentación de tarifas impulsada por el gobierno nacional estuvo bien planificada para evitar que la gran mayoría de los usuarios pierda los subsidios.