Somos Buenos Aires busca dejar atrás las tensiones internas y hacer pie en una campaña polarizada: el rol de los Passaglia

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Integrantes del peronismo disidente de Somos Buenos Aires

La elección bonaerense del próximo 7 de septiembre se dará en un contexto inédito, y encuentra a Somos Buenos Aires —la alianza anti-extremos que reúne a referentes del peronismo disidente, la UCR, la Coalición Cívica, entre otros— obligada a desplegar una estrategia que le permita hacer pie en medio de la polarización entre el kirchnerismo y los libertarios. Además, los dirigentes enfrentan el desafío de sostener una campaña discursiva diferenciada para cada Sección Electoral, según las necesidades de cada territorio, en un clima interno marcado por las tensiones entre candidatos de espacios que quedaron heridos tras el cierre de listas, mientras empiezan a sonar nombres para las candidaturas de octubre. En paralelo, los hermanos Passaglia desconocen su pertenencia al frente y buscan posicionarse con la mirada puesta en 2027.

“No creemos en la avenida del medio porque termina siendo parte del fracaso que nos trajo hasta acá”, diagnostican en el entorno del intendente de San Nicolás. Los hermanos Passaglia fueron de los primeros en romper con el PRO y rechazar una alianza con La Libertad Avanza. Para hacer frente a la elección, lanzaron el espacio Hechos, con el que esperan cosechar una victoria importante en la Segunda Sección. Para eso cuentan con el respaldo del intendente de Pergamino, Javier Martínez, y un fuerte predicamento en su propio territorio.

Manuel Passaglia, intendente de San Nicolás

Según pudo saber Infobae, lo que los alejó del frente Somos Buenos Aires fue que el cierre de listas respondió a la necesidad de “mostrar volumen”, mientras que en Hechos priorizan “la búsqueda de identidad como estrategia para un proyecto claro, con firmeza y renovación”, explican. “En Somos Buenos Aires no tienen un proyecto claro”, reprochan. Con el objetivo de marcar distancia tanto de los extremos como de la llamada avenida del medio, los Passaglia creen que en la Primera y Tercera Sección —las más populosas de la provincia— la campaña se va a nacionalizar, y que en su territorio podrán hacerse fuertes con la militancia y la defensa de la gestión.

Pese al rechazo público, en Somos Buenos Aires dan por hecho que los Passaglia forman parte de la coalición. Incluso lo informaron al momento del cierre de listas y evitaron responder a los ataques mediáticos. Algunos deslizan que la decisión de desconocer formalmente la pertenencia al espacio antiextremos fue acordada, y por eso no se presentó una lista alternativa para enfrentarlos. De hecho, una dirigente radical que responde al intendente de Rojas, Ricardo Bouvier, integra la nómina para la Segunda Sección. “Sólo con lo que tienen en San Nicolás rompen el piso (de votos) y pueden meter uno o dos diputados”, reconocen desde el frente del centro como explicación sobre la aceptación de esta estrategia del rechazo.

Más allá de las tensiones en la Segunda Sección, por estos días los dirigentes de Somos Buenos Aires avanzan en su estrategia para la Primera y la Tercera, que concentran la mayor parte del electorado. Para ese desafío cuentan con el intendente peronista de Tigre Julio Zamora y el dirigente radical de Esteban Echeverría, Pablo Domenichini. En ambos distritos apuntarán contra la “ineficiencia” que, según su mirada, el kirchnerismo mostró en los últimos años al frente de la provincia, y también contra el “fracaso” de la lógica libertaria, que tampoco habría logrado resolver los problemas de los bonaerenses.

La seguridad será el principal tema a desarrollar en ambas secciones. De hecho, La Libertad Avanza apostó por un excomisario de Florencio Varela para la contienda electoral. Frente a ese escenario, Domenichini recorrió en los últimos días zonas calientes de la provincia junto a Maximiliano Pullaro, el gobernador de Santa Fe que logró contener la violencia narco en Rosario. Zamora, por su parte, promueve su modelo de gestión en Tigre, con foco en salud pública, educación y políticas para enfrentar el delito.

Los dirigentes radicales y de la Coalición Cívica que integran Somos Buenos Aires

Para el resto de las secciones, como la Cuarta y la Quinta, donde la UCR tiene varios intendentes en funciones —como Pablo Petrecca en Junín y Maximiliano Suescun en Rauch—, la coalición busca reforzar “la identidad de la buena gestión”. También intentarán instalar la agenda de necesidades del sector agropecuario. En la Sexta, en tanto, la Coalición Cívica logró imponer a Andrés De Leo, quien en los últimos días apuntó contra Cristian Ritondo por haber apoyado el veto a la ayuda destinada a los vecinos de Bahía Blanca afectados por el temporal.

En la Octava Sección, que abarca exclusivamente la ciudad de La Plata, el espacio impulsa al radical Pablo Nicoletti, que busca replicar la estrategia antiextremos. De hecho, retomó uno de los principales reclamos de la oposición en la Legislatura bonaerense sobre la situación de IOMA. “El kirchnerismo ataca aspectos centrales de la vida de los platenses. Ha vaciado al IOMA, dejándonos sin acceso a una salud digna, y se ha desentendido de la seguridad, retirando su responsabilidad sobre la policía. La Libertad Avanza apunta contra uno de los pilares de nuestra identidad como ciudad: la Universidad Nacional de La Plata, que es también el futuro de nuestros hijos”, alertó.

El desafío final que tendrá la avenida del medio será la elección nacional de octubre. Como adelantó este medio, dentro de la alianza ven casi imposible que lleguen juntos a esa instancia. El calendario electoral les juega una mala pasada: antes de la elección local bonaerense, el 7 de agosto se deben inscribir las alianzas para la pelea por las bancas nacionales y, diez días después, presentar los candidatos.

“Es muy difícil que Somos Buenos Aires pueda confluir como alianza hacia octubre”, confesaron a este medio desde el frente antiextremos. Es que para esa batalla hay nombres fuertes dentro del espacio como Elisa Carrió, Emilio Monzó, Margarita Stolbizer, Facundo Manes y Florencio Randazzo. Algunos de ellos quedaron heridos tras el cierre bonaerense y ya están anotados para octubre con o sin alianza. En la UCR, para sumar más conflictividad, no está resuelto que el partido centenario confluya detrás de la candidatura del neurólogo, quien rompió hace unos meses con el espacio. Los intendentes y dirigentes referenciados en Maximiliano Abad también manejan otros nombres.

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