Ganó un Mundial, un problema médico lo hizo cambiar de deporte y hoy apadrina a un campeón olímpico: “¡Déjenlo en paz!»

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Barthez, en el hito de Francia 98

En un gesto poco habitual entre figuras deportivas de distintas disciplinas, Fabien Barthez, campeón mundial de fútbol con Francia en 1998, intervino públicamente para defender a Léon Marchand, joven nadador francés y reciente campeón olímpico, ante las críticas surgidas por su ausencia en un evento de su club en Toulouse. La intervención de Barthez, recogida por L’Equipe, puso de relieve la presión que recae sobre los deportistas de élite tras alcanzar la cima y abrió un debate sobre la gestión de la fama y el bienestar mental en el deporte de alto rendimiento. Pero además sacó a la luz la nueva pasión que abrazó el ex guardameta, tres veces mundialista, con pasado en Toulouse, Olympique de Marsella, Mónaco, Manchester United y Nantes.

El episodio que motivó la reacción de Barthez tuvo lugar en el Zénith de Toulouse, donde el club Dauphins de Toulouse, al que pertenecen tanto Barthez como Marchand, celebraba un acto con autoridades y socios. La ausencia de Marchand, quien se encontraba preparando su próxima competencia en el Mundial de Singapur, generó comentarios negativos entre algunos asistentes. Barthez, visiblemente molesto, tomó la palabra para responder: “¡Déjenlo en paz! No les pertenece”, exclamó el ex arquero, según relató L’Equipe.

La defensa de Barthez no solo buscó frenar las críticas inmediatas, sino que también apuntó a la comprensión de las exigencias y expectativas que recaen sobre Marchand, especialmente tras su brillante actuación en los Juegos Olímpicos de París, donde conquistó cuatro medallas de oro. “Tomé la palabra porque estaba algo enfadado”, explicó Barthez al medio francés, subrayando la necesidad de proteger a los jóvenes talentos de la presión excesiva.

La relación entre Fabien Barthez y Léon Marchand se ha construido en el entorno del club Dauphins de Toulouse, donde ambos comparten la pasión por la natación. Barthez, de 54 años, quien también incursionó con éxito en el automovilismo, se integró al club hace ocho años por recomendación médica, tras sufrir un mareo. “El médico me dijo: ‘¡Ve a nadar! Siempre me dijiste que te gustaba el agua’”, recordó. Aunque al principio la idea de nadar le resultaba monótona, pronto descubrió en la natación una fuente de equilibrio y bienestar físico y mental.

Barthez, como piloto, su otra faceta (AFP)

Su llegada al club no fue inmediata. Barthez confesó que al principio no se veía “ocupando el espacio de los nadadores profesionales”, pero finalmente se animó y encontró en los Dauphins una “familia” y un entorno en el que se sentía identificado. En ese contexto, conoció a Xavier Marchand, padre de Léon y subcampeón mundial de 200 metros combinados en 1998, con quien trabó amistad. “Léon creció en ese ambiente, podría haberse hartado de la natación, pero sus padres supieron transmitirle la pasión, sin agobiarlo”, relató Barthez. “Cuando hablas con el padre y ves cómo crió a sus hijos, no sorprende la actitud de Léon. Es un chico fantástico”, agregó.

La empatía de Barthez hacia Marchand se fundamenta en experiencias compartidas. El ex arquero reconoció que lo que vive el joven nadador “resuena con mi historia”, en referencia al «tsunami mediático» que experimentó tras la victoria de Francia en el Mundial de 1998. “Ese chico me conmueve”, afirmó.

Durante los Juegos Olímpicos de París, Barthez centró su atención en el recorrido de Marchand: “Para mí los Juegos se resumieron en Léon. Solo seguí su recorrido. Y aunque no soy entendido, no me sorprendió”.

El ex futbolista identificó en Marchand la marca de los grandes deportistas: la capacidad de competir contra uno mismo. “En todos los deportes jugamos, hay que mantener la noción de placer, el reto personal. Siempre dije que mi principal rival era yo mismo. Léon es de esos deportistas que luchan contra sí mismos, sin fijarse en los demás. Eso le permitió encadenar carreras. Atenderse a uno mismo ya insume mucha energía, tiempo, reflexión», reflexionó Barthez en L’Equipe.

El ex golero insistió en la importancia de que los deportistas mantengan el placer y el sentido personal en la práctica de su disciplina, más allá de las expectativas externas. “Lo importante es recordar que estamos aquí para disfrutar. En el fútbol, el delantero está para marcar, el arquero para evitarlo. Léon volvió a la esencia de su deporte: nadar para batir sus propios récords. Eso es lo único que interesa”, resaltó.

Leon Marchand, el

Barthez advirtió sobre la tendencia de la sociedad a exigir algo del campeón y recordó que Marchand «no le debe nada a nadie, ni a periodistas, ni a patrocinadores, ni al público. Ni siquiera a sus entrenadores, que lo acompañan sin esperar agradecimientos; solo que mantenga las ganas». El ex arquero también compartió su experiencia personal sobre la gestión de la fama: “Algunos disfrutan la exposición; otros, como Léon, son más tímidos y no quieren herir a nadie. Tras el Mundial, acepté todo, no rechazaba nada. Pero con el tiempo y la experiencia, se aprende a decir no. Léon también lo ha entendido”.

La presión mediática y la necesidad de protegerse fueron temas recurrentes en el testimonio del ex futbolista. “A mí me tomó seis meses volver a la rutina. Llega de golpe desde todos lados y uno debe aprender a protegerse. No importa si quedas como un ermitaño, yo ya lo era. O si piensan que eres arrogante, porque no es así. No quieres decepcionar, pero al final eres tú quien termina perdido. Y no hay que olvidar que Léon es joven”, concluyó.

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