“Maestro, amigo, hermano. Te voy a extrañar mucho. ¡Tu huella es como la gloria eterna! Gracias, gracias, gracias”. El mensaje de despedida de Claudio Úbeda a Miguel Russo en las redes sociales le erizó la piel a más de uno. Con sumo respeto, en silencio, el principal colaborador del entrenador de Boca Juniors llevó adelante la sacrificada labor de estar al frente del equipo durante su ausencia y apoyarlo para su recuperación. Tras la partida de Miguelo, ahora será el Sifón el que tomará las riendas definitivamente al menos hasta fin de año.
Úbeda ya había dirigido a Boca en los últimos dos partidos, frente a Defensa y Justicia (derrota 2-1 en Florencio Varela) y Newell’s (goleada 5-0 en la Bombonera). Siempre en contacto con Miguel y apoyándose en el otro ayudante de campo, el colombiano Juvenal Rodríguez. Desde la comisión directiva boquense tuvieron claro desde un inicio que el cuerpo técnico conformado por Russo iba a seguir adelante más allá de cualquier circunstancia. Y así lo cumplirá. Para honrar el trabajo de Miguel, pero sobre todo porque confían en las cualidades de sus laderos y el plantel profesional los respaldó.
El recorrido profesional de Úbeda comenzó en Central Córdoba de Rosario, aunque su debut en la Primera División se produjo con la camiseta de Central en 1990. Tras cuatro temporadas, emigró a Tampico Madero de México en la campaña 1994/1995, antes de consolidar su identidad futbolística en Racing de Avellaneda. En la Academia, vivió etapas de crisis y gloria: desde la quiebra a finales de los 90 hasta el título del Torneo Apertura 2001, donde ejerció la capitanía bajo la conducción de Mostaza Merlo. Con más de 300 partidos disputados, Úbeda ostenta el cuarto lugar en la historia del club de Avellaneda en cantidad de presencias, solo superado por Natalio Perinetti, Gustavo Costas y Agustín Mario Cejas.
Tras su paso por Tokyo Verdy en Japón, Úbeda regresó a la Argentina para liderar a Huracán en la B Nacional durante la temporada 2006/2007, logrando el ascenso a Primera División junto al Turco Mohamed. Disputó los 19 partidos del Torneo Apertura 2007 y, al finalizar ese ciclo, se retiró como futbolista para asumir la dirección técnica del Globo en el Clausura 2008. En su cuerpo técnico incluyó al Mono Gordillo, compañero en el ascenso, y sumó como refuerzo a Panchito Maciel, referente del Racing campeón de 2001. Los resultados adversos precipitaron su renuncia tras el inicio del Apertura 2008, con un saldo de 6 victorias, 7 empates y 11 derrotas.
La siguiente etapa lo llevó a Independiente Rivadavia, donde dirigió solo siete partidos y obtuvo una victoria. Posteriormente, regresó a Racing como ayudante de campo de Alfio Basile a fines de 2011, poco después de la salida de Russo del club de Avellaneda. En ese plantel, Úbeda compartió trabajo con figuras como Sebastián Saja, Iván Pillud, Bruno Zuculini, Mauro Camoranesi y Giovanni Moreno. Tras la partida de Basile, dirigió de manera interina un partido de Copa Argentina, logrando un triunfo 3-1 ante Patronato de Paraná en los 16avos de final, antes de la llegada de Luis Zubeldía. Su experiencia se amplió con pasos por Boca Unidos de Corrientes y Magallanes de Chile, hasta su retorno a Racing en 2015.
En 2016, volvió a ejercer como interino en un partido de Copa Argentina, donde Racing superó a Olimpo de Bahía Blanca, y también dirigió un empate ante Talleres de Córdoba en el campeonato 2016/2017, previo al arribo de Ricardo Zielinski. Al no concretarse su deseo de dirigir al plantel profesional, optó por integrarse a las juveniles de la selección argentina, trabajando junto a Fernando Bocha Batista en la Sub 20.
La Comisión Normalizadora presidida por Armando Pérez lo designó para ese cargo, en un proceso donde también se evaluó a Russo para la Selección Mayor, aunque finalmente se eligió a Patón Bauza. Úbeda, que no figuraba entre las más de 40 propuestas iniciales, se impuso a candidatos como Francisco Ferraro, la dupla Roberto Ayala-José Chamot, Adrián Domenech y Miguel Ángel Micó, quien quedó a cargo de la Sub 17 y Sub 15.
En octubre de 2016, Úbeda realizó su primera convocatoria, integrando a jóvenes promesas como Gonzalo Montiel, Lisandro Martínez, Juan Foyth y Alexis Mac Allister. Posteriormente, sumó a Nahuel Molina, Cuti Romero y Lautaro Martínez. Durante el Sudamericano Sub 20 de Ecuador en 2017, la selección argentina finalizó en el segundo puesto junto a Ecuador y Venezuela, quedando cuarta por diferencia de gol, detrás de Uruguay, y asegurando su clasificación al Mundial de la categoría. En ese torneo, Lautaro Martínez y Marcelo Torres se destacaron como máximos goleadores con cinco tantos cada uno.
La lista para el Mundial Sub 20 de Corea del Sur incluyó a arqueros como Franco Petroli (River), Marcelo Miño (Central) y Manuel Roffo (Boca); defensores como Juan Foyth (Estudiantes), Gonzalo Montiel (River), Milton Valenzuela (Newell’s), Marcos Senesi (San Lorenzo), Lisandro Martínez (Newell’s) y Leonel Mosevich (Argentinos); mediocampistas como Santiago Ascacibar (Estudiantes), Exequiel Palacios (River), Brian Mansilla (Racing), Santiago Colombatto (Cagliari), Lucas Rodríguez (Estudiantes), Tomás Belmonte (Lanús), Matías Zaracho (Racing) y Ezequiel Barco (Independiente); y delanteros como Ezequiel Ponce (Granada), Lautaro Martínez (Racing), Marcelo Torres (Boca) y Tomás Conechny (San Lorenzo).
Entre los futbolistas que pasaron por sus manos figura Toto Belmonte, hoy integrante del plantel de Boca, quien fue formado por Úbeda en las juveniles albicelestes. En el Mundial, el equipo argentino cayó 3-0 ante Inglaterra y 2-1 frente a Corea del Sur, y aunque goleó 5-0 a Guinea, no logró avanzar de fase. Esta eliminación precipitó la salida de Úbeda de las juveniles, en un contexto de cambios en la estructura de selecciones nacionales con la llegada de Chiqui Tapia y la designación de Jorge Sampaoli como entrenador de la Mayor antes del Mundial de Rusia 2018.
Tras esa etapa, Úbeda viajó a Europa para entrevistarse con técnicos de renombre como Diego Simeone, Manuel Pellegrini y Roberto Mancini. A su regreso, se reincorporó a Racing como captador de inferiores y asumió interinamente el mando del plantel profesional en el Campeonato 2021, donde también dirigió al equipo en la eliminación por penales ante Godoy Cruz en Copa Argentina. Fue desplazado tras la llegada de Fernando Gago y pasó a desempeñarse como asesor deportivo de Rubén Capria, actuando como nexo con el fútbol formativo. En ese momento, recibió el llamado de Miguel Ángel Russo para sumarse a su cuerpo técnico en Al Nassr de Arabia Saudita.
Desde esa experiencia en Medio Oriente, Úbeda se mantuvo junto a Russo, quien luego dirigió de manera continua a Rosario Central (2023/2024) y San Lorenzo (2024/2025), antes de iniciar su tercer ciclo como entrenador de Boca con vistas al Mundial de Clubes en Estados Unidos. Russo encontró en Úbeda a un colaborador de confianza, con buena relación con los jugadores y la capacidad de asumir las tareas diarias de campo, especialmente en situaciones en las que el técnico principal debió ausentarse por cuestiones de salud.
La relación entre ambos se fortaleció con el tiempo, como lo demuestran gestos de cercanía y complicidad. Úbeda no solo visitó a Russo durante su internación en la Clínica Fleni por una infección urinaria y en sus últimos días en su casa, sino que también actuó como vocero en San Lorenzo cuando se especulaba sobre el futuro de Russo y su posible llegada a Boca. En una entrevista con DSports antes de la eliminación ante Platense en semifinales, Úbeda afirmó: “Miguel tiene una excelente relación con Riquelme, pero no va a llamarlo mientras esté con trabajo. Sabemos de las informaciones, pero estamos enfocados en nuestro trabajo en San Lorenzo”.
Además, Úbeda presenció conversaciones clave entre Russo y jugadores de Boca, como la notificación a Marcos Rojo sobre su situación en el club durante el Mundial de Clubes en Estados Unidos. Russo, fiel a su estilo, siempre confió en su ayudante para acompañarlo en estos diálogos privados y para delegar la preparación del equipo en su ausencia.
El fallecimiento de Russo marcó un quiebre en el club de la Ribera y la visión sobre su permanencia en la institución. Úbeda fue un tanto reprobado cuando se lo anunció por la voz del estadio como DT en el choque ante Newell’s, pero los detalles que salieron a la luz sobre su apoyo incondicional a Miguel seguramente le darán crédito ante el público para afrontar lo que le queda de competencia a Boca en 2025. El primer escollo camino al título del Clausura y la clasificación a la Libertadores 2026 será Belgrano de Córdoba, el próximo sábado, en la Bombonera.
A partir de este compromiso, Claudio Úbeda deberá mostrar su liderazgo en busca de honrar la memoria de su antecesor y fiel amigo.