El abogado Carlos Garmendia, representante de la denunciante, confía en que el fallo marque un precedente en la justicia de Tucumán.
El caso Carolina Monteros se encuentra en la recta final. Después de nueve años de proceso judicial, la Justicia tucumana escuchará los alegatos finales en la causa por presunto abuso sexual con acceso carnal agravado, en la que se acusa a Franco Trapani y Álvaro Rodríguez por un hecho ocurrido en junio de 2016.
En diálogo con Graciela Núñez y Borja Michaelsen para el programa Libertad de Expresión (Rock and Pop Tucumán FM 106.9), el abogado Carlos Garmendia, representante de la denunciante, brindó detalles sobre el proceso y expresó su expectativa ante la inminente sentencia.
“Estamos por terminar este juicio. Hemos sido llamados para los alegatos finales, y luego el juez dictará sentencia”, afirmó.
Los hechos denunciados
Según la denuncia, Carolina Monteros, quien tenía 19 años en ese entonces, asistió a un boliche de Tafí Viejo junto a una amiga. En el lugar se encontraba Trapani, a quien conocía por vínculos familiares.
Garmendia relató que, al salir del boliche, Trapani se ofreció a llevarla a su casa, pero en cambio la trasladó junto a un amigo a otra vivienda, donde —según la querella— se produjo el abuso.
“Carolina estaba alcoholizada y confiaba en él. Lo conocía, había estado en reuniones familiares con su entorno. La confianza fue traicionada”, explicó el letrado.
La joven realizó la denuncia a los pocos días, y en ese momento los exámenes médicos habrían constatado moretones visibles y lesiones compatibles con abuso, además de signos de estrés postraumático documentados por peritos oficiales.
Una investigación que se frenó y volvió a activarse
Pese a las pruebas iniciales, el expediente quedó archivado en 2018.
“En los primeros momentos la causa tuvo impulso, pero después se fue desvaneciendo hasta que se archivó. Ese archivo no significaba que los acusados fueran inocentes, sino que el fiscal no tenía pruebas suficientes para avanzar”, aclaró Garmendia.
Tiempo después, y con la incorporación de la querella, la investigación retomó su curso.
Estrategias de defensa y revictimización
Según Garmendia, durante el juicio oral, la defensa de los acusados buscó desacreditar la denuncia, intentando responsabilizar a la víctima y minimizar los hechos.
“Dijeron que era un invento para ocultar una infidelidad, y lo más grave: un psiquiatra quiso instalar una versión falsa sobre un supuesto abuso anterior. Estamos preparando una denuncia penal contra ese profesional”, sostuvo.
El abogado calificó esa estrategia como un intento de revictimización, y destacó la importancia de un enfoque judicial con perspectiva de género.
Cambios institucionales y el valor de denunciar
A pesar de las dificultades, Garmendia reconoció avances significativos en los últimos años dentro del Poder Judicial tucumano.
“Desde 2016 hasta hoy hubo muchos cambios. Existen resortes institucionales que funcionan muy bien, como la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), que atiende y orienta a las víctimas de manera eficiente”, señaló.
“Lo más importante es denunciar. No hay que tener miedo ni vergüenza. Denunciar rápido es la clave para activar los mecanismos de protección”, insistió.
Expectativa ante el fallo
Con los alegatos finales previstos, la querella espera una sentencia ejemplar.
“Confiamos en que el fallo refleje un avance en la justicia para las mujeres. Este caso no solo busca una condena, sino también un cambio en la forma en que se tratan las denuncias de abuso sexual en Tucumán”, concluyó el abogado.
El juicio por el caso Carolina Monteros podría sentar un precedente importante en la provincia, al poner en discusión no solo la responsabilidad penal de los acusados, sino también la respuesta institucional frente a los delitos sexuales y la protección de las víctimas.