
(Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump asumió la decisión política de apoyar a Javier Milei, y eso no cambiará por los resultados de las elecciones de medio término. Estados Unidos considera a la Argentina su aliada estratégica en América Latina por su posición ideológica respecto a Israel, China y Venezuela.
Pero si el Gobierno es derrotado por la oposición peronista, el salvataje financiero concedido por la administración republicana podría mutar desde la asistencia automática a la compleja toma de decisiones que tiene la Casa Blanca.
Este eventual cambio de paradigma en la relación bilateral, adonde se pasaría de la tecla Enter de la Secretaría del Tesoro a la realpolitik del Salón Oval, será el principal desafío que deberá enfrentar el canciller Pablo Quirno.
Hasta ahora, Scott Bessent -secretario del Tesoro- se maneja con absoluta libertad frente a las pedidos diarios de Luis Caputo -ministro de Economía-, cuando la presión sobre el precio del dólar enciende todas las alarmas.
Esa virtual autonomía de Bessent ya causó ciertas objeciones en la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Le cuestionan a Bessent su desconocimiento de la historia política de la Argentina –descalificó a Evita a tres días de los comicios- y de su placidez personal ante la experiencia que protagonizó Caputo en épocas de Mauricio Macri.

Trump ha puesto en jaque la alianza estratégica con Europa, está en una pelea frontal con Canadá -que es su aliado comercial junto a México- y no tuvo problemas en cuestionar a Volodimir Zelensky cuando se resistió a firmar un acuerdo comercial sobre tierras raras y minerales estratégicos.
En este contexto, el presidente de los Estados Unidos puede transformar al salvataje financiero en papel picado, si Milei pierde los comicios y en paralelo se multiplican los cuestionamientos de la oposición demócrata, que encuentra en la Argentina un argumento fácil para criticar a Trump.
Marco Rubio y Scott Bessent acompañan a Trump en su gira por Asia, que concluirá el jueves próximo. Entonces, Quirno recién se movería a Estados Unidos hacia comienzos de noviembre para explicar en persona los resultados electorales.
El futuro canciller viajará con Milei a Miami, adonde se comprometió a participar de un evento internacional junto a Leonel Messi y Trump, y a continuación volaría a Washington para encontrarse con Bessent y Rubio.
Es decir: Quirno se reuniría con el secretario del Tesoro y el secretario de Estado al menos doce días después de los comicios de medio termino y la reestructuración del Gabinete Nacional.

Bessent respeta a Quirno y Rubio pidió referencias del sucesor de Gerardo Werthein, ya que nunca tuvieron contacto diplomatico.
El excanciller argentino habló por teléfono con Quirno y se puso a disposición: ello implica que Werthein hará lo necesario para que la Casa Blanca, la Secretaría del Tesoro, la Secretaría de Comercio y USTR conozcan la trayectoria profesional del ministro de Relaciones Exteriores antes que aterrice en DC.
Con Bessent, Quirno trataría la persistencia del salvataje financiero y la posibilidad de utilizar 20.000 millones de dólares del Tesoro de Estados Unidos para comprar bonos argentinos a través de un fondo que estaría asesorado por el JP Morgan y otros poderosos bancos de Estados Unidos.
En cambio, durante su encuentro con Rubio, Quirno abordaría una agenda diplomática que vincula los intereses mutuos de Argentina y Estados Unidos. Desde Israel y Ucrania hasta la situación institucional en Haití y Venezuela.
Además de los temas específicos que Quirno analizaría con Bessent y Rubio, el ministro de Relaciones Exteriores sería preguntado sobre una posible acuerdo con la oposición.
La Casa Blanca considera que las derrotas de Balcarce 50 en el Congreso y la Provincia de Buenos Aires fueron resultado de la ausencia de una estrategia política que permitiera contener la ofensiva parlamentaria del kirchnerismo.
Y desde esta perspectiva, Trump y sus consejeros sostienen que la estabilidad del plan de ajuste económico dependerá de un acuerdo con ciertos referentes opositores.
En Washington apuestan a un programa común entre La Libertad Avanza y Provincias Unidas para lograr la sanción de las reformas laboral e impositiva que Milei enviaría al Congreso antes de fin de año.
Quirno debutará en Washington como canciller con una agenda compleja que pondrá a prueba la versatilidad política de la relación estratégica entre Argentina y Estados Unidos.
Trump continuará apoyando a Milei después de los comicios, pero ese respaldo público tendrá su medida exacta cuando haya que contener la suba del dólar, activar el swap para pagar la deuda que vence en 2026 y cerrar el acuerdo comercial que no pudo coronar Werthein.







