Supermercado Vea: desmantelan la sucursal de Tafí Viejo

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El local de la avenida Alem 600 quedó vacío. El desmantelamiento del Supermercado Vea refleja la caída del consumo y el impacto de la crisis económica.

 

El Supermercado Vea de avenida Alem al 600, en Tafí Viejo, fue completamente desmantelado. Donde hasta hace poco se veían góndolas repletas, changuitos y carteles de oferta, ahora sólo queda un gran espacio vacío, con pisos despejados y estructuras retiradas. El silencio del local es elocuente: el cierre ya es un hecho consumado.

 

Un desmantelamiento que expone la crisis

Las imágenes del interior muestran que la mayor parte de las góndolas y mobiliario fueron retirados, señal inequívoca de que no se trata de una remodelación sino del final definitivo de la sucursal.

Este cierre se enmarca en la caída del consumo y la recesión económica que atraviesa el país, con una fuerte retracción en las ventas de supermercados durante los últimos meses.

El grupo Cencosud, propietario de la marca Vea, concretó el cierre de tres sucursales en Tucumán —dos en San Miguel de Tucumán y una en Tafí Viejo— como parte de una reestructuración nacional que afectó a decenas de trabajadores.

 

El impacto local de una decisión nacional

El supermercado de Tafí Viejo fue durante más de una década punto de referencia para los vecinos del centro y barrios cercanos. Su cierre no sólo implica pérdida de empleo, sino también un cambio profundo en la dinámica comercial de la ciudad.

Los pasillos donde se cruzaban familias y empleados hoy lucen vacíos, mientras los carteles de “Lácteos”, “Bebidas” o “Panadería” permanecen como las últimas huellas de una rutina cotidiana que ya no existe.

 

El vacío como síntoma económico

El local vacío del Vea taficeño se convierte en símbolo de un momento económico adverso. La caída del poder adquisitivo, la inflación sostenida y la baja en el consumo masivo golpean con fuerza al comercio minorista.

En ciudades intermedias como Tafí Viejo, los efectos se sienten más rápido: menos ventas, cierres de locales y pérdida de empleo.

La postal final del supermercado desmantelado resume ese proceso. Donde antes había movimiento y consumo, hoy sólo queda el eco del silencio y la certeza de que la recesión también se ve, se siente y se fotografía.

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