
La experiencia de Stephen Curry, base de Golden State Warriors, inspira a quienes enfrentan desafíos físicos y emocionales. Durante una charla en el pódcast Mind the Game, disponible en YouTube, junto a LeBron James y Steve Nash, Curry reveló el temor profundo que lo invadió tras una serie de lesiones que pusieron en duda su futuro profesional y motivaron una reinvención que dejó huella en el básquet.
En el episodio, Curry relató el impacto psicológico de los problemas físicos, particularmente las múltiples cirugías en los tobillos sufridas en los primeros años de su carrera. “Pensé que había perdido mi tiro. Llegué a creer que mi carrera había terminado”, admitió.
Recordó meses de rehabilitación en el sótano de su casa en Charlotte, dominado por la frustración y la duda. “Había días oscuros. Sabía que tenía el talento, pero mi cuerpo no me permitía demostrarlo”, explicó, enfatizando la distancia entre su potencial y su estado físico.
La recuperación fue tanto física como mental. Curry detalló que, después de su segunda cirugía, necesitó comprender su cuerpo desde cero. “No era solo cuestión de fuerza bruta, sino de eficiencia y control”, señaló.
El enfoque diario se centró en fortalecer la cadena muscular, con énfasis en el core y los glúteos, considerados cruciales para la estabilidad de los tobillos. “Era el trabajo más monótono y aburrido que puedas imaginar, pero fundamental para volver a sentirme seguro en la cancha”, relató Curry.
La disciplina y la autoexigencia se volvieron indispensables, y la experiencia le enseñó a valorar incluso los días dedicados exclusivamente a la recuperación.
Reinventar la técnica de tiro y la influencia de los entrenadores
Modificar su técnica de tiro fue uno de los mayores desafíos que Curry abordó en la charla. Influido desde adolescente por su padre, Dell Curry, también exjugador de la NBA, Stephen tuvo que ajustar una mecánica que, aunque exitosa en la escuela, resultaba demasiado lenta para el ritmo profesional.
“Mi papá tuvo que decirme que tirara más, yo era un base pasador”, recordó. El cambio requirió romper hábitos adquiridos y reconstruir su lanzamiento para lograr una liberación más rápida y eficiente. “No quería hacer el trabajo extra, pero al final funcionó”, reconoció.
En la NBA, entrenadores como Don Nelson y más tarde Steve Kerr, exigieron nuevas adaptaciones. Nelson hizo hincapié en no sacrificar la mecánica de tiro en pos del desarrollo muscular, mientras que Kerr revolucionó el ataque de los Warriors con un sistema basado en el movimiento constante y la circulación rápida, inspirándose en el “tiki-taka” del fútbol.

“La ofensiva de Kerr nos obligó a todos a movernos, a crear caos y a tomar decisiones rápidas”, explicó Curry. El resultado fue un aumento explosivo en el número de triples intentados y una transformación táctica que, en palabras del propio base, “cambió la liga para siempre”.
El impacto de Curry en el baloncesto moderno
El episodio profundizó en la influencia de Curry sobre el baloncesto moderno. Nash, con admiración, le comentó: “Inventaste una forma de atravesar la zona, y eso te dio más rango y destreza”. Curry, entre risas, aceptó la responsabilidad en el auge del triple: “Ahora todos lanzan 50 triples por partido, es culpa mía”.
Más allá de la broma, aclaró que su método no es necesariamente replicable y que su éxito nace de la combinación de fundamentos, creatividad y una ética de trabajo férrea.
Para finalizar, Curry reflexionó sobre su legado y transmitió a las nuevas generaciones la importancia de la curiosidad, la capacidad de adaptación y la mejora continua.
“Nadie debería tener que decirte que vayas al gimnasio”, afirmó, resaltando que la pasión y la autoexigencia son el motor esencial del crecimiento. Para él, el valor de su historia no radica solo en títulos o récords, sino en el proceso de aprendizaje y superación.
En la actualidad, Curry considera que su mayor aporte está en mostrar a los jóvenes el recorrido completo, con todos sus obstáculos y aprendizajes, no únicamente el resultado final.







