La última vez que la selección de Haití había estado en una Copa del Mundo fue en Alemania 1974. Tuvo que pasar más de medio siglo (51 años) para que la selección del Caribe logre regresar a la máxima cita del fútbol en el Mundial 2026 que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá. Tras un triunfo esperado ante Nicaragua (2-0) y a seguir la definición por un celular del juego entre Honduras y Costa Rica (0-0), los haitíamos hicieron historia y se aseguraron ser parte de los 48 equipos que estarán en la elite del fútbol.
La larga espera terminó este martes en el Estadio Ergilio Hato de Willemstad, en Curazao. Por cuestiones de seguridad en el país, la Federación Haitiana de Fútbol (FHF) decidió disputar los partidos como local en sedes alternas de la región, entre ellas Puerto Rico y Aruba. Desde febrero de 2024, el principal estadio de Haití, el Stade Sylvio Cator, permanece abandonado y bajo control de bandas armadas, que dominan al menos el 90% de la región metropolitana de Puerto Príncipe.
Los goles de Louicius Deedson, que milita en el Dallas FC de la MLS, y Ruben Providence –juega en el Almere City FC de Países Bajos– durante la primera etapa ante Nicaragua dejaron a los haitianos con todo dado para ir al Mundial, pero dependía del resultado de Honduras ante Costa Rica para conocer si lograrían avanzar como líderes o si debían disputar el Repechaje Internacional.
Por eso, los jugadores se pararon en la mitad del campo para seguir por las pantallas de los celulares el cierre del duelo en el Estadio Nacional de Costa Rica una vez que el árbitro guatemalteco Mario Alberto Escobar Toca pitó el final. Los Ticos, terceros de la zona, debían ganar para soñar con acceder al repechaje. Los hondureños necesitaban triunfar para pelear por el boleto directo con Haití. Pero igualaron 0-0, y la celebración se trasladó al recinto de Curazao.
Esa igualdad, no solo selló la clasificación directa de los caribeños a la Copa del Mundo, sino que también desató la celebración en las calles de Puerto Príncipe, donde la población se volcó al festejo a pesar del clima de violencia e inseguridad.
En redes sociales, el futbolista Bellegarde, que juega en el Wolverhampton Wanderers de la Premier League, expresó: “18 de noviembre 2025 una fecha simbólica que permanecerá grabada para siempre. Me he comprometido con un grupo, un equipo, una familia, mi nación. Agradezco al pueblo haitiano todo su apoyo. Mención especial a mi esposa, mi hijo, mi padre, mi madre, mis hermanos, que me apoyaron para jugar en la selección haitiana. Orgulloso por siempre”.

Los haitianos habían avanzado como segundos del Grupo C detrás de Curazao en la segunda fase del clasificatorio de Concacaf, que tuvo en esa zona también a Saint Lucia, Aruba y Barbados. En la siguiente instancia, el equipo que dirige el francés Sebastien Migné sumó tres victorias, dos empates y una sola derrota (ante Honduras) con nueve goles a favor y seis en contra para adueñarse del boleto directo en el Grupo C. La selección coronó con éxito una atípica campaña, sin haber podido jugar en su territorio, ni ante su público.
El equipo, dirigido por el francés Sébastien Migné, se presentó en condiciones atípicas, imposibilitado de competir ante su público y en plena crisis política y social. La FHF expresó en la previa en su cuenta oficial de Instagram: «Ha llegado el día de la revolución“, en alusión a la batalla de Vertières, símbolo de la independencia haitiana respecto de Francia. El encuentro coincidió con el 222 aniversario de esa gesta independentista, y fue definido por la dirigencia como una “batalla decisiva” para el fútbol haitiano.

El plantel actual de Haití se caracteriza por la presencia predominante de jugadores que nacieron o se formaron fuera del país, especialmente en Francia. Esta condición ha favorecido la creación de un grupo con formación profesional sólida, aunque también generó debates acerca de la integración de los futbolistas locales. Pese a este escenario, los dirigidos por Migné lograron consolidar una identidad propia en la cancha. La fusión entre la experiencia adquirida en el fútbol europeo y el empuje de las jóvenes promesas derivó en una selección capaz de conquistar una clasificación histórica.
Pasaron más de 50 años de aquella ocasión en la que el seleccionaado de Haití formó parte del Grupo 4 junto a Polonia (avanzó como líder con 6 puntos), Argentina (pasó como segunda con 3) e Italia (también sumó 3). En aquella ocasión, los centroamericanos cayeron 3-1 frente a la Azzurra, sufrieron una goleada 7-0 ante los polacos y luego fueron superados 4-1 por la Albiceleste, lo que marcó el cierre de su primera y hasta ahora única actuación en mundiales.







