Las chicas con gato y sin hijos vs. las tasas de natalidad

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El fin de semana pasado hubo una conferencia algo excéntrica en Austin, Texas. De tono alarmista, se habló de un crack, un quiebre, pero no en relación a la escalada nuclear, ni a la caída de la Bolsa, ni a los fenómenos naturales extremos, ni a otros riesgos notorios que nos acechan: fue una conferencia sobre natalidad. Sobre bebés y la falta de ellos.

Elon Musk, promotor de nacimientos

Organizada por activistas de derecha, la Natal Conference tuvo sin embargo un infiltrado. Paul Constance, ensayista y exresponsable de comunicación del Banco Interamericano de Desarrollo, viene siguiendo este tema con curiosidad, y decidió ser el único progresista en un encuentro donde los simpatizantes de Trump eran mayoría. De hecho, Constance acaba de lanzar un blog, Natal Liberation, donde va a reportar sobre el experimento. Como escribió, “la decisión de formar una familia y tener un hijo es a la vez demasiado íntima y demasiado cósmica para ser explicada por académicos entrenados en demografía, economía, políticas familiares y estudios de género. Para comprender del todo lo que pasa, deberíamos escuchar a las personas que se especializan en examinar el espíritu humano: artistas, profetas, publicistas, filósofos y comediantes”.

En un posteo del año pasado en X, Elon Musk escribió: “Si la tasa de natalidad sigue desplomándose, es el fin de la humanidad”. Desde entonces, se pasea por la Casa Blanca con hijos a babucha

Constance recomienda el stand-up La razón por la que Ricky Gervais no va a tener hijos, del comediante británico de la serie The office. Está en YouTube y es imperdible.

La conversación habitual sobre este tema, sin embargo, está dominada por el activismo alarmista de los grupos antiaborto y los comentarios sombríos de los demógrafos, aburridos y plagados de estadísticas que se mueven poco. Aunque eso podría estar cambiando.

La primer ministro italiana Giorgia Meloni, al frente de un país que no para de envejecer

Esta semana, en un giro trepidante propio de una novela de acción, Italia anunció que restringirá el otorgamiento de la ciudadanía a los descendientes y cónyuges de italianos, y al mismo tiempo dio a conocer sus nuevos datos de natalidad. Son récord.

Las italianas están teniendo un promedio de 1,18 hijos, debajo de la tasa de reemplazo de 2,1 que permitiría sostener el nivel de población. Se achican sin remedio. Esto no es en sí una novedad. Hace más de 60 años que la natalidad promedio de todo el mundo baja de manera sostenida. Pero lo de Italia es un piso histórico.

El discurso progresista tendrá que encontrar maneras de hablar de esto sin traicionar los derechos de género

En la Argentina, el último censo mostró, para sorpresa de muchos, que nuestro promedio de natalidad es de 1,4, lejísimos del 2,1 del censo anterior.

El tema empieza a aparecer en el debate político. Esta semana fue la cena anual de Cippec y la organización presentó su modelo de reforma previsional. Propone, entre otras cosas, eliminar el requisito de 30 años de aportes y revisar los casi 200 regímenes de excepción que tenemos. El presidente Javier Milei también puso el tema en agenda en su discurso de apertura del Congreso. Es lógico, el sistema previsional concentra buena parte del gasto público. Pero ¿cómo financiarlo si hay cada vez menos jóvenes por jubilado?

¿Quiénes serán las swifties del futuro?

La novedad, sin embargo, es que el tema empezó a desbordar la conversación técnica para meterse en la popular. La Natal Conference es solo un ejemplo. En un posteo del año pasado en X, Elon Musk escribió: “Si la tasa de natalidad sigue desplomándose, es el fin de la humanidad”. Desde entonces, se pasea por la Casa Blanca con hijos a babucha.

Durante la campaña, hubo un estridente contrapunto entre el actual vicepresidente J. D. Vance, y la cantante Taylor Swift, que se declaró una orgullosa “childless cat lady”, algo así como una chica con gato y sin hijos, tomando una frase que había usado Vance de modo ofensivo. Fue un primer atisbo de que el discurso progresista tendrá que encontrar maneras de hablar de esto sin traicionar los derechos de género. Si las swifties fans de Taylor no tienen hijos, no se sabe quién va a ir a los recitales del futuro.

La autora es directora de Sociopúblico

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