¿Qué tan dañinas son las papitas de carrito para la salud de los mexicanos?

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Son productos elaborados a partir de tubérculos lavados, pelados, cortados y fritos en aceite a los cuales se les puede añadir chile, limón, sal y otros condimentos para darle un sabor distinto. (Cuartooscuro)

Las papitas representan una amenaza para la salud debido a su alto contenido calórico con grasas trans y sodio, de acuerdo a información de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). Su consumo frecuente está asociado con el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la hipertensión y diversos problemas cardiovasculares.

Este producto se elabora a partir de tubérculos lavados, pelados, cortados y fritos en aceite, el cual puede acompañarse con complementos tradicionales como chile, sal o limón, e incluso con opciones más elaboradas, como salsa Maggi, para realzar su sabor.

La botana se consume frecuentemente en eventos públicos como partidos de fútbol, reuniones con amigos o simplemente en la esquina de la calle. Su sabor atractivo y fácil acceso la convierten en una opción frecuente para quienes buscan un snack rápido y delicioso, pero hay que ser consciente sobre los peligros que su consumo representa.

Comparativo entre las papas empaquetadas y las de carrito

Esto se debe a que tienen una mayor exposición al Sol y altas temperaturas al estar al aire libre y el aceite puede llegar a echarse a perder. (Cuartooscuro)

La principal diferencia entre ambos productos radica en las condiciones a las que están expuestas durante su almacenamiento y venta.

Las frituras callejeras suelen estar más expuestas al sol, al aire y a diversas condiciones ambientales que pueden afectar su calidad, aumentando el riesgo de contaminación microbiológica y oxidación del aceite, lo que eleva la probabilidad de causar problemas de salud.

Según un estudio de la PROFECO, los alimentos provenientes de la calle presentan una mayor amenaza para la salud en comparación a los envasados, debido a su alta exposición a altas temperaturas.

En contraste, los alimentos empaquetados se conservan en condiciones controladas, protegidos de la luz, el calor y el contacto con el aire, lo que ayuda a mantener su frescura, estabilidad y seguridad para el consumo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza la importancia de la manipulación y almacenamiento adecuados de los productos para prevenir la contaminación y preservar su calidad nutricional, señalando que “la exposición a condiciones ambientales inapropiadas puede favorecer el desarrollo de microorganismos patógenos y la degradación de los alimentos, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por su consumo”

Composición nutricional de las papas fritas

La cantidad calórica del producto dependerá mucho del tamaño y del tipo de fritura que se esté consumiendo. (Cuartooscuro)

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) realizó un estudio en 2008 sobre el contenido calórico de esta botana, donde se determinó que éste variaba considerablemente según el tamaño de la porción, la marca y el método de preparación.

En promedio, son productos altamente energéticos y salados que aportan entre 489 y 587 kilocalorías por cada 100 gramos, lo cual se debe a su alto contenido en grasa que oscila entre el 23% y el 40%, y por su aporte de carbohidratos, que va del 50% al 60%. Además, aunque en menor proporción, también contienen proteína vegetal y sal, cuyo porcentaje puede variar del 0.2% al 1.9%, dependiendo de la marca.

La OMS y la FAO recomiendan que, en una dieta equilibrada, las grasas no deben aportar más del 35% del total de calorías diarias, y que los ácidos saturados no deben superar el 10%. Esto significa que, para una dieta diaria de 2,000 kilocalorías, el consumo máximo de grasa total sería de 78 gramos, y el de grasas saturadas, de 22 gramos.

Finalmente, el contenido calórico que aportan las papas fritas depende no solo del tamaño y la marca, sino también del método de preparación, pues aquellas con mayor contenido graso pueden tener un aporte calórico significativamente mayor, por lo cual es sumamente importante revisar el valor nutricional de cada producto.

Grasas trans y su impacto en la salud

Las grasas trans contenidas en estos alimentos pueden provocar enfermedades cardiovasculares como el aumento en los niveles de colesterol (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las grasas trans son compuestos artificiales presentes en alimentos procesados, aceites y grasas que resultan perjudiciales para la salud, las cuales contribuyen a la obstrucción de las arterias e incrementan el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta de estos ácidos trans es responsable de más de 500,000 muertes prematuras anuales por esta enfermedad.

Este tipo de grasas provoca una disminución en los niveles de colesterol bueno (HDL) y un aumento en los niveles de colesterol malo (LDL), lo que eleva significativamente la amenaza de padecer enfermedades cardiovasculares, favorece la acumulación de grasa en las arterias, dificulta el flujo sanguíneo y aumenta la probabilidad de sufrir infartos y otros problemas cardiovasculares.

Para reducir estos peligros, la OMS recomienda implementar políticas efectivas que limiten el contenido de grasas trans industriales a un máximo de 2 gramos por cada 100 gramos de grasa total en todos los alimentos. Asimismo, sugiere prohibir el uso de aceites parcialmente hidrogenados, que son la principal fuente de estos ácidos grasos trans industriales, o combinar ambas medidas para eliminar estas grasas dañinas del suministro alimentario.

Recomendaciones para la conservación de los alimentos callejeros

Los consumidores deben revisar el contenido nutricional de los productos que compran, pues la OMS recomienda no consumir aquellos que no contengan información sobre los nutrientes que contienen (Cuartooscuro)

La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) recomienda eliminar completamente el consumo de papas fritas callejeras debido a los problemas asociados con su alta exposición a temperaturas elevadas y condiciones ambientales inadecuadas.

A diferencia de los productos empaquetados, que cuentan con un control riguroso de calidad, etiquetado claro y fecha de caducidad, las frituras de carrito carecen de esta información esencial, lo que impide garantizar su inocuidad y valor nutrimental.

En relación al consumo de las frituras empaquetadas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece las siguientes recomendaciones para promover un consumo responsable y minimizar la posibilidad de daño para la salud:

  • Debido a su alto contenido calórico, de grasas y sal, no se recomienda consumir estas fritura con frecuencia ni en grandes cantidades.
  • Personas con sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial o diabetes deben evitarlas o limitar su ingesta.
  • En caso de consumirlo es importante mantener una actividad físicas regular y seguir un régimen alimenticio equilibrado que incluya alimentos nutritivos para lograr un peso saludable
  • Antes de comprar, es importante verificar la fecha de caducidad y asegurarse que el envase esté bien cerrado y en buenas condiciones para garantizar la calidad y seguridad del alimento.

La OMS invita a la población a sustituir el consumo de frituras por opciones más sanas para prevenir enfermedades relacionadas con la dieta, como la obesidad, hipertensión y problemas cardiovasculares, promoviendo una alimentación equilibrada que incluya frutas, verduras y grasas saludables como el aguacate.

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