En una nueva alocución presidencial, que interrumpió la programación de los canales privados, Gustavo Petro, acusó el lunes 5 de mayo de 2025 a los medios de comunicación de manipular las cifras sobre homicidios en el país y de aplicar una censura contra su Gobierno. Al punto que aprovechó la ocasión para lanzar fuertes pullas a su antecesor, Iván Duque Márquez, al que señaló, junto a otros personajes, de ser los responsables de los índices que, a casi tres años de haber empezado su gestión, no ha logrado disminuir.
En su comparecencia ante los colombianos, Petro se mostró visiblemente indignado al señalar que su administración está siendo silenciada a través de decisiones judiciales y acciones administrativas que impiden que la ciudadanía acceda a información transparente sobre la situación de seguridad y violencia en Colombia. Una situación que ya no es nueva, pues se ha encargado de ponerlo en evidencia cada vez que irrumpe en la parrilla para transmitir sus mensajes; en los que repite hasta la saciedad que lo quieren “desaparecer”.
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A su vez, Petro expresó su preocupación por lo que consideró una distorsión de la realidad, al explicar que la violencia en Colombia no es un fenómeno nuevo, sino un problema persistente que ha afectado al país durante décadas; pero que por conveniencia quieren resaltar durante su administración como una de sus falencias. En este sentido, denunció que los medios de comunicación han creado una narrativa errónea sobre la violencia bajo su mandato, al resaltar, según él, aspectos negativos de la seguridad pública que no reflejan la realidad que se vive en el territorio nacional, pues “en Colombia no mandan los elegidos, sino los no elegidos”.
La manipulación de la información y la censura a su Gobierno
Durante su discurso, Petro afirmó que el control de los medios de comunicación sobre la información sobre homicidios es un claro ejemplo de manipulación informativa. “Se ha manipulado la información en Colombia. La prensa malintencionada intenta mostrar como si la violencia ha aparecido en este gobierno. Esto no es cierto”, sostuvo el mandatario de los colombianos en su intervención. Y aseguró que la situación de violencia en el país es heredada de gestiones anteriores y no una consecuencia directa de su administración; con lo que intentó zafarse, en parte, de su responsabilidad, tras 33 meses de Gobierno.
Asimismo, Petro denunció lo que calificó censura judicial y administrativa, al expresar que, por decisión de ciertos tribunales y organismos del Estado, sus alocuciones presidenciales, que deberían ser accesibles a toda la ciudadanía, han sido bloqueadas o alteradas. Así pues, expresó incluso en su alocución frente a la Plaza de Bolívar, que tuvo lugar en un evento de importancia nacional, se implementó un mecanismo de censura administrativa para limitar su transmisión, lo que consideró una violación al derecho de los colombianos a recibir información clara sobre su gobierno.
Petro dejó claro que estas restricciones informativas no son meras decisiones judiciales, sino una estrategia de sectores poderosos del país para acallar su voz. “Estamos ante un hecho sui generis universal, se intenta acallar y silenciar la voz del presidente. Se está diciendo que las cosas públicas no son del público, ni que el espectro electromagnético no son del público, sino de dos o tres grupos financieros más poderosos del país”, afirmó Petro con firmeza, en una declaración que se extendió por más de una hora en cadena nacional.
Las explicaciones de Gustavo Petro para fracasar en su intención de reducir los índices de violencia en Colombia
A medida que avanzó su intervención, Petro no solo acusó a los medios de manipular la información; pues explicó, desde su perspectiva, cómo el país ha enfrentado diversas olas de violencia a lo largo de la historia. En particular, se refirió al aumento de la violencia entre 2000 y 2002, que dejó a Colombia con tasas de homicidio entre las más altas del mundo; sin embargo, destacó que desde ese entonces ha habido una disminución constante de los homicidios hasta el año 2018, incluso reconociendo los esfuerzos de expresidentes como Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, en un fenómeno que, según él, se ha visto truncado en los últimos años.
“Debo resaltar que, entre 2003 y 2006, y a pesar de estar en la oposición, la política de Álvaro Uribe Vélez, que es violatoria de derechos humanos, y en el acorralamiento a organizaciones que tenían capacidad de matar, terminó en la baja en la tasa de homicidios. (La política de que) el Estado no dialoga, sino que ataca, llegó con éxito hasta 2010″, afirmó Petro, que retumbó en las redes sociales al afirmar que “Colombia es un país relativamente exitoso en salir de la violencia”.
Esta frase la pronunció mientras exhibía un cuadro histórico de los homicidios en el país desde 1990 hasta 2024. En el mismo, mostró que las tasas de homicidios en ciudades como Medellín llegaron a niveles alarmantes durante la década de los 90, con cifras superiores a 400 muertes por cada 100.000 habitantes, mientras que en 2024 las cifras habían disminuido a menos de la mitad de esos niveles; pese a ello, reconoció que, aunque los homicidios han disminuido a lo largo de los años, los recientes repuntes de violencia son motivo de preocupación, pues no ha logrado bajarlos.
En su alocución, Petro también se refirió a la importancia de implementar políticas públicas efectivas para frenar la violencia, pero agregó que estas deben ir acompañadas de un proceso de paz que permita ir avanzando hacia la dejación de las armas. El presidente mencionó que, a lo largo de su gestión, ha defendido la necesidad de que las políticas de seguridad combinen una ofensiva contra los grupos criminales con el diálogo para alcanzar la paz; con lo que defendió, una vez más, su estrategia de Paz Total, aun sin mostrar avances significativos.
“Creo que la inclusión de la juventud en los programas de educación pública fue un éxito en la disminución de la violencia en Bogotá, pero en los últimos años se ha revertido. Volvimos a tener un pico de violencia en Colombia entre 2000 y 2002 y desde entonces un descenso permanente de la tasa de homicidios”, dijo Petro, y agregó que uno de los logros más importantes fue en el gobierno Santos, tras firmar el Acuerdo de Paz con las Farc, que permitió una disminución notable de la violencia.
Las pullas de Gustavo Petro a Iván Duque
El presidente, que insiste en que Dubái es la nueva ‘Miami’ de los narcotraficantes y achacó el mayor número de homicidios al sicariato, también hizo referencia a la gestión de su antecesor, Iván Duque, al que criticó por haber dejado la tasa de homicidios en niveles altos al final de su mandato. En sus declaraciones, Petro mencionó que el expresidente “no logró bajar los niveles de violencia” alcanzados en la era Santos, y señaló que los altos índices de violencia en su administración son resultado directo de la falta de implementación del acuerdo de paz con las Farc y de la creciente inestabilidad política en el país. En otras palabras, en “haber hecho trizas la paz”.
“Estamos en los mismos niveles que lo dejó Duque: no hay un caos en este Gobierno, y no hemos podido bajar los niveles de Duque, él los llevó más altos de lo que era hasta 2020″, refirió el jefe de Estado, que añadió cómo Duque incumplió los acuerdos y, según Petro, apoyó la estrategia de “garrote” en lugar de buscar soluciones pacíficas a los conflictos existentes en Colombia. En la misma línea, criticó además las políticas de derechos humanos implementadas por su antecesor, al decir que durante su mandato se violaron los derechos de un buen número colombianos y se generó un ambiente de violencia sin precedentes.
A su vez, apuntó a la fiscalía de Néstor Humberto Martínez, un viejo contradictor suyo, como responsable de debilitar los acuerdos de paz y de reavivar el conflicto con las Farc; una polémica defensa de los casos de alias Jesús Santrich e Iván Márquez; ambos de regreso a la clandestinidad, como fundadores de la Segunda Marquetalia, aunque se presume que el primero fue asesinado en combates con otras estructuras criminales, mientras que el segundo sufrió graves lesiones.
“Esto tiene hasta nombres propios: hacer trizas la paz comenzó en el Gobierno de Santos, con uno de sus colaboradores: la fiscalía de Néstor Humberto Martínez, con un método a la colombiana, entrampar la paz para hacer que firmantes de paz que estaban desarmados, pues los hicieron volver a la guerra, al mostrar un infundio de exportación de cocaína Debilidad y culpa de Santrich, Iván Márquez y sus amigos», precisó el gobernante, que en otro de sus apartes habló de sectarismo político, y acotó que no es lo mismo la violencia desde 2016, “que no logra tener los niveles de hace 30 años y que estamos tratando de mitigar”, a lo que había antes del 2016.
Por último, Petro dijo en su intervención que la lucha contra la violencia en Colombia no es solo responsabilidad de su gobierno, sino que es un desafío estructural que requiere un enfoque conjunto de seguridad y paz. E insistió en que la manipulación informativa no debe ocultar los avances en la reducción de homicidios, aunque reconoció que los desafíos siguen siendo grandes. “La violencia que está matando a Colombia es la mafia, la codicia, que va matando gente inocente por doquier. Quitarle la vida a otro es lo que está matando a este país. Las políticas públicas han sido ineficaces, pero debemos ser claros: Colombia está lejos de ser un caos, y la paz debe ser parte de la solución”, puntualizó.