Cayetana Álvarez de Toledo: “Es un déjà vu tétrico que Cristina Kirchner vuelva a ser candidata”

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La diputada española es hija de una argentina y vivió su niñez y adolescencia en Buenos Aires

La diputada del Congreso de España, periodista e historiadora Cayetana Álvarez de Toledo, afirmó que el anuncio de Cristina Kirchner de que será candidata en las próximas elecciones bonaerenses es “un déjà vu tétrico, porque representa una etapa muy oscura y todo lo que Argentina no tiene que ser“.

En una entrevista previa a su participación en el panel “Nuevas oportunidades para el desarrollo de nuestras comunidades” de la Convención de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), la dirigente que tiene nacionalidad argentina habló sobre la actualidad política de ambos países, elogió las reformas económicas de Javier Milei y cuestionó con dureza al presidente socialista Pedro Sánchez.

Cristina Kirchner confirmó que será candidata a diputada provincial

He visto que Cristina se va a volver a presentar como legisladora. Es un flashback, un déjà vu tétrico. Es una vuelta atrás espantosa”, afirmó, ante una consulta de Infobae. Y agregó: “Cristina Kirchner representa una etapa muy oscura de la Argentina, de corrupción masiva, de destrucción institucional, de apertura de la grieta, de todo lo que Argentina no tiene que ser, de un país en colapso. Milei heredó un país quebrado y colapsado y ahora, una vez salido del shock, se está saliendo del colapso”.

La diputada también advirtió en sobre la necesidad de cerrar la grieta y reforzar las instituciones y no dudó en reinvidicarse como “una orgullosa ñoña republicana”.

En su introducción, antes de las consultas en una ronda con periodistas de la que participó este medio, Álvarez de Toledo manifestó: “Javier Milei heredó un país quebrado, un paciente en estado terminal y que la terapia de shock lo ha devuelto a la vida y es digno del máximo elogio. Un ajuste fiscal audaz, necesario y exitoso; un esfuerzo real por devolver racionalidad al Estado; la eliminación del cepo y el control de la inflación son elementos objetivos que son dignos del máximo elogio”.

La diputada Álvarez de Toledo elogió las reformas económicas de Javier Milei

También, resaltó como uno de los valores de la gestión de La Libertad Avanza “cierta revolución en las mentalidades: políticos que tratan a los ciudadanos como adultos, que les dicen la verdad; políticos dispuestos a tomar medidas dolorosas y duras -cosa que no es frecuente- porque el cortoplacismo electoral es habitual en la política”.

“Políticos dispuestos a impugnar mantras extendidísimos, como la idea de que el déficit es la norma; incluso de defender ideas de libertad, de propiedad privada; defender la inversión, a los empresarios. Todo eso conforma casi una revolución cultural y de mentalidades. Insistir en el concepto de responsabilidad, que es muy poco frecuente en la política”, agregó.

De todos modos, y más allá de esos elogios, Álvarez de Toledo expresó su “deseo y esperanza de que ese cambio no quede en un pendulazo o en un paréntesis. Desmentir las advertencias de quienes dicen sí la libertad económica avanza, pero la libertad política retrocede”.

“Hay tres cosas que quienes sentimos admiración, afecto profundo y sincero por la Argentina desearíamos ver: reconstruir la clase media, apuntalar la república y cerrar la grieta”, subrayó como introducción, antes de las preguntas.

– ¿Hay signos de retroceso de las libertades políticas, como están denunciando algunos sectores que no son kirchneristas, y de crispación social?

– Crispación política por supuesto que se ve. Voy a intentar entrar en el fondo de eso. La verdadera asignatura pendiente, la verdadera revolución en Argentina, es institucional: apuntalar la República, las instituciones y cerrar la grieta. Hablando de la grieta, siempre cito el ejemplo de la transición española, que pasó de una dictadura a una democracia, es decir, de una etapa sin libertades a una etapa de libertades. Para eso se tuvo que integrar a gente muy distinta y se hizo a partir de una conversación inteligente, basada en la buena fe, en la buena voluntad.

El concepto de concordia y de reconciliación fueron esenciales en ese proceso. Y a Torcuato Fernández Miranda, un personaje maravilloso, que fue el guionista de la Transición, un día le preguntaron cómo fue posible poner de acuerdo a republicanos, monárquicos, creyentes, ateos, catalanes, castellanos y él dijo “el corazón sujeto y en su sitio”. Es una imagen muy bonita. Luego está la famosa frase de Lincoln, que todo el mundo recuerda, que es “una casa dividida, no se puede tener en pie”. No se puede levantar un país sobre una grieta.

La grieta es un cepo -por usar una palabra que también está en la jerga local- y también hay que eliminarlo. Y para cerrar una grieta hay que dejar de cavarla, lógicamente. Eso nos concierne a todos en la sociedad, pero muy especialmente a quien tiene el poder.

Cuanto más poder, más responsabilidad en cerrar esa grieta. Gobernar, evidentemente, no es dividir mejor, sino unir con fuerzas, y por muchos motivos: primero, porque es lo moral, intentar reconciliar y conversar unos con otros y aceptar la diferencia; y segundo, porque es lo eficaz.

Polarizar es paralizar un país. La polarización paraliza, te impide sacar adelante reformas profundas, estructurales, que cualquier país necesita para salir adelante. Necesitas tejer alianzas y las alianzas se tejen a través de la conversación y a través de la cordialidad, el concepto de cordialidad.

Siempre he dicho, y lo he dicho alguna vez aquí, que el consenso no es un fin en sí mismo. El consenso no es un proyecto político. En nombre del consenso, a veces, se han paralizado cantidad de reformas. Ahora bien, el consenso sí es un medio útil para sacar adelante reformas. Tienes que construir puentes, primero entre los afines, y después más allá, con el resto.

Esa es la primera consideración sobre la grieta.

Segundo lugar, sobre las instituciones. Es verdad que un país se cambia con reformas, pero se sostiene con instituciones. El concepto de República -en Argentina no es el mismo que en España- pero la República no es una rémora, no es un obstáculo, es el suelo -al revés- que sostiene una nación, un país y que sostiene unas reformas, las hace duraderas. Es decir, sin república, sin instituciones, ese cambio económico puede convertirse, como he dicho antes, en paréntesis o, simplemente, en un péndulo. Es decir, se puede ser libertario republicano, se puede y se debe.

Mauricio Macri

– ¿Se puede y se debe ser libertario y republicano? ¿Milei está dando señales de ser republicano o está generando más grietas?

– Hay personas que están en el debate público que consideran que ser republicano, cuidar las instituciones son “ñoños republicanos”. Yo me proclamo una “noña republicana”, y orgullosa de serlo. Las instituciones son cruciales en las naciones y en el progreso económico y social de un país. Se puede ser libertario y republicano e incluso cordial.

– Milei critica a los “ñoños republicanos” porque no contemplan que “enfrente están los orcos que se quieren llevar puesto todo”.

– Juntos no es ni sumisos ni es contra las instituciones. Juntos es con las instituciones, en defensa de las instituciones.

– ¿En qué detecta que puede haber algún riesgo o algún compromiso de las instituciones en este contexto?

– Vengo de un país que está en un proceso de destrucción institucional acelerada y entonces, no solamente en España, si no, que está pasando en muchas democracias, donde las instituciones están siendo erosionadas en nombre de objetivos mayores, a veces porque la seguridad está por encima de las instituciones, el Estado de Derecho o del Congreso. Se gobierna a través de métodos expeditivos, sin pasar por las formas y procedimientos democráticos. Hay que cuidar las instituciones, hay que fortalecer las instituciones. Es decir, esto es una obviedad lo que estoy diciendo. El famoso libro que ya tiene muchos años de James A. Robinson y Daron Acemoglu “Por qué fracasan los Países”, apunta a que se necesitan instituciones y contrapesos democráticos.

Respetar la libertad de prensa de los periodistas, aceptar las críticas y el disenso, aceptar los procedimientos democráticos del Congreso, aceptar que tienes que negociar dentro de un Congreso. En el caso de España, hay un ataque muy fuerte del Poder Ejecutivo contra el Poder Judicial.

El presidente Milei puso en marcha una profunda reforma económica

– En Argentina hay un debate sobre la libertad de expresión y la relación de Milei con los medios. ¿Sigue ese debate? ¿Cuál es su opinión?

– No hace falta que hable de la Argentina. Estoy hablando de todos los sitios donde pasa. Que el poder político acuse a la mayoría de los medios o la prensa crítica de ser “pseudo medios” -que es lo que pasa en España- o que hable de “la fachósfera” o que promueven bulos no es aceptable.

El linchamiento no cabe en el liberalismo ni cabe en la democracia. El linchamiento de nadie, ni de periodistas, ni de discrepantes. La criminalización de la discrepancia, el linchamiento al que piensa distinto, el no aceptar el disenso. La democracia es disenso y el liberalismo, particularmente, no solamente acepta el disenso, sino que promueve el disenso como método.

Una reflexión que quiero hacer, que a mí me preocupa también, en general -porque no estoy en Argentina y no vengo aquí a dar lecciones- ¿por qué celebramos en los nuestros lo que condenamos en los ajenos? Esto pasa mucho. Celebramos o aceptamos en los afines lo que condenamos en los ajenos, el tipo de prácticas.

– ¿Por ejemplo?

Por ejemplo: ataques a periodistas. Cuando un adversario político ataca a la prensa lo condenamos y nos parece muy mal. Pero si lo hace uno de los nuestros, buscamos contorsiones para justificarlo. No puede ser. O los aranceles, en el caso de Trump. Muchos amigos liberales han acabado haciendo contorsiones para defender los aranceles, cuando son medidas puramente proteccionistas y nacionalistas y muy poco liberales.

Intentemos mantener una visión lo más objetiva y limpia posible sobre los ajenos y los propios. No justifiquemos conductas porque son de nuestros presuntos o teóricos o reales aliados políticos.

– Le pido una reflexión sobre el anuncio que hizo Cristina Kirchner de que volverá a presentarse como candidata a diputada provincial. Y, por otro lado, respecto a la idea de Milei de la “batalla cultural”.

– Respecto a la batalla cultural, yo he sido defensora desde hace muchos años y no solo defensora, sino guerrera cultural. Me he dedicado a eso en política, a confrontar con la izquierda, a impugnar sus marcos mentales y culturales. Es absolutamente crucial y por eso lo más importante que he destacado al principio es la batalla cultural de fondo que Milei ha dado en el ámbito de la política económica.

Me gustaría que esa revolución en la economía también afectara a la política y que Argentina tuviera lo que no ha tenido en mucho tiempo, que es instituciones fuertes y concordia política y social, que haya una base de concordia, que podamos reconstruir las formas son el fondo también.

Mi madre me decía de chica: “las formas perfeccionan la verdad”. Yo voy más lejos: las formas, en democracia, también son el fondo y hay que cuidar esas formas, porque es cuidar la democracia.

Y he visto que Cristina se va a volver a presentar como legisladora. Es un flashback, un déjà vu tétrico. Es una vuelta atrás espantosa.

– ¿Por qué?

Porque Cristina Kirchner representa una etapa muy oscura de la Argentina, de corrupción masiva, de destrucción institucional, de apertura de la grieta, en fin, de todo lo que Argentina no tiene que ser, de un país en colapso. Milei heredó un país quebrado y colapsado y ahora, una vez salido del shock, se está saliendo del colapso. Lo que queremos ver es la gran reconstrucción argentina, que afecta a la política también.

La primera etapa, que es el ajuste, está en marcha y está encarrilado. Que a eso le siga una etapa de impulso del tejido productivo y construcción de clases medias, de la mano de un fortalecimiento de las instituciones y respeto democrático, una revolución en la parte política democrática. Y de cerrar la grieta.

Entonces Argentina se coloca en una situación absolutamente extraordinaria, en este momento mundial, de gran crisis del orden liberal. Estamos en un momento de gran crisis del orden liberal. Argentina tiene esa oportunidad y de una reconstrucción profunda, no solamente económica.

– ¿Qué opina respecto de la afinidad de Milei con Vox? ¿Y qué mirada tiene sobre el surgimiento de expresiones de extrema derecha en Europa?

– Respeto profundamente las relaciones políticas y solo espero que ojalá que el presidente de la Argentina pueda ampliar también sus amistades en España, más allá de Vox. Creo que es importante para Argentina y para las relaciones entre España y Argentina.

Todos los que tenemos un pie a ambos lados, pero los que estamos en España o los españoles queremos fortalecer la relación con Argentina y, por tanto, con su presidente. Y hay enormes intereses comunes y un futuro brillante por construir y por fortalecer, sin lugar a dudas. Eso por un lado.

En el caso de España tenemos el problema de la extrema izquierda. Todo el mundo me habla de extrema derecha y yo digo que sí, pero levanto la mano y advierto que en el caso de España la gran amenaza que tenemos al orden constitucional y democrático viene de la izquierda, que es el Partido Socialista que se ha extremado en sus posiciones, que es el envoltorio, porque sigue siendo un partido presuntamente socialdemócrata, pero en la realidad, es muy radical en sus postulados.

España está en un proceso de mutación, de democracia plena a democracia fallida. Un proceso que no tenemos un gobierno, como digo muchas veces, en sentido estricto, es un gobierno que es incapaz de gobernar, de legislar. No tenemos presupuestos. Es un proyecto de poder a largo plazo para liquidar la alternancia política. Y en el altar de ese objetivo de liquidar la alternancia política se está sacrificando todo en España: el orden constitucional, la democracia, la igualdad ante la ley, la convivencia, la cordialidad, etcétera.

Pedro Sánchez es un “burro de Troya” de manual de la democracia. Un “burro de Troya” de la democracia de manual. Aplicando además el manual, que es verdad que a veces es de izquierdas, a veces hay de derechas, pero que es de manual: la normalización de la mentira, la colonización de todas las instituciones, la erosión de los contrapesos democráticos, con ataque a los jueces, ataque al Congreso, intentando anular el Parlamento y a la oposición parlamentaria; y el tercero, ataque a los medios de comunicación. En este caso, incluido las noticias, con prácticas mafiosas para intentar desacreditar a la Guardia Civil y a jueces, mediante el chantaje, la extorsión.

Y el último elemento es la polarización, el “divide y vencerás”. Como no puede gobernar por adhesión, gobierna por odio, genera grieta, polarización, enfrentamiento, para mantener un 30% del electorado cautivo del cainismo, que odia tanto al de enfrente, que le vota a él, no porque le quieran a él, sino porque detestan al de enfrente. Es la política de polarización.

Eso es el manual de los “burros de Troya” y ese es el proceso en el que estamos en España. A mí cuando me hablan de la extrema derecha digo “sí, insisto, pero los que se están cargando la democracia española es la izquierda, con sus aliados separatistas”.

El gran hecho diferencial español, respecto a esos procesos de mutación de democracias plenas a fallidas que se están dando en otros sitios, es que en nuestro caso se proyecta ese proceso de mutación sobre la integridad territorial del Estado, porque los aliados de Sánchez son no solamente fuerzas de extrema izquierda, sino además separatistas. Él compró el Gobierno a cambio de otorgar impunidad a unos golpistas, señores que dieron un golpe de Estado para liquidar la integridad territorial. Y esa es la crisis constitucional profunda en la que estamos.

El socialista Pedro Sánchez

– ¿Cree que Pedro Sánchez está en sus últimos días como jefe del gobierno de España?

– Ojalá. Sánchez va a intentar durar hasta el final de la legislatura. Va a intentar quedarse hasta la última legislatura o incluso más allá. Y el objetivo por la democracia en España es evitar que eso suceda. Hemos convocado a una concentración importante este domingo muy importante bajo el muy explícito lema de “mafia o democracia”, que se entienda claridad claramente lo que está en juego.

Es decir, lo explicaba el ex presidente del Gobierno español el otro día muy bien: los bajos fondos han surgido, ahora están en la superficie y hay que poner fin a este proceso.

Existe un proceso de mutación sobre el que hay que hacer una reflexión: Sánchez llegó hace siete años con una moción de censura contra la corrupción y por la regeneración democrática. Siete años después está cercado por la corrupción y en un proceso de degradación democrática acelerada, insisto, de una democracia plena, mutación, a una democracia fallida. Ese es el balance de los siete años y esto puede ponerse todavía peor en los próximos meses si él intenta aferrarse al poder, al precio que sea y como sea.

Por eso hacemos un llamamiento, una interpelación a los españoles a asumir su responsabilidad en la defensa de la democracia. La ciudadanía tiene que defender la democracia. La democracia no se defiende sola, Necesita militantes de la democracia, es decir, ciudadanos que se movilicen. Y esa movilización que tenemos, la concentración que hemos convocado el domingo, tiene ese objetivo.

– La traigo de nuevo a la realidad argentina, que usted define como su casa. ¿Qué piensa de la situación que vive el PRO, después de la derrota en las últimas elecciones en la ciudad de Buenos Aires?

– He visto surgir partidos, caer partidos, partidos que parecía que caían y luego resurgían. Esto es ondulante, como decía Montaigne “la vida es ondulante”, la vida y los partidos también. Hay momentos en que estás al borde de la desaparición y luego resurges. Partidos que no existían y que de pronto pasan a ser hegemónicos.

Lo más importante en un partido político es que sea capaz de contestar, de manera clara, la pregunta ¿para qué sirvo? Que los votantes puedan decir “para qué sirve este partido”, cuál es tu utilidad, cuál es tu identidad.

Probablemente, el PRO esté en ese proceso, de reflexionar. ¿Nosotros qué somos exactamente? ¿Para qué servimos? ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Cómo se distingue esa identidad? Eso lo tienen que dirimir ellos. Respecto a La Libertad Avanza, ¿cuáles son las diferencias?, ¿cuáles las similitudes? Y volver a convertirse en ese instrumento útil para los ciudadanos. Contestando la pregunta de para qué servimos.

– ¿Y qué piensa sobre Mauricio Macri como líder político? ¿Sigue siendo una referencia?

-No vivo aquí, pero para los que estamos lejos, sigue siendo la referencia visible del PRO. Pero en fin, él sabrá cuál es su proyecto personal.

– ¿Lo que ocurre con el PRO puede ocurrir con otros partidos de centroderecha que son amenazados por expresiones más extremas?

– Hay movimientos pendulares. Hay movimientos pendulares, movimientos de extrema izquierda en el mundo, separatistas. El wokismo es una forma de separatismo, que ha producido un movimiento pendular nacionalista, muy separatista, también, proteccionistas y nacionalistas, pero separatistas, también movimientos pendulares muy fuertes.

Y el mundo liberal ha quedado aplastado. Esos movimientos pendulares de un lado a otro y esas dos fuerzas en combate. Pero, paradójicamente, nunca ha sido más importante volver a reivindicar, poner en valor y construir a partir de las ideas de libertad y del orden liberal, de la igualdad ante la ley, de la seguridad jurídica, del Estado de Derecho. No hay alternativa a las ideas liberales, a las ideas ilustradas, a las ideas que han permitido la prosperidad, el avance, y la convivencia -en el mundo ya hablo- en las últimas décadas, cuando no siglos.

– ¿En Argentina las victorias convalidan el discurso del insulto?

– Sí, pero el insulto no es un proyecto político, obvio, puede ser un método. No hay que confundir la violencia verbal, con la valentía liberal.

En el caso de Europa hay dos reflexiones que hacer. Vamos, la pregunta tuya anterior. ¿Por qué han surgido partidos nacionalistas y populistas o de extrema derecha? Podemos quedarnos simplemente en la condena del hecho que es una opción. Es decir, no me gustan esos partidos, no me gusta lo que dicen. No me gustan sus métodos, ni sus fines, ni su retórica. Eso está bien, Pero podemos ir más al fondo y decir por qué mucha gente se ha ido a votar a esos partidos. Y la respuesta que encontrarás es que los partidos tradicionales, los nuestros, los míos, el mundo, la centroderecha, el mundo del centroizquierda, etcétera y no hemos hecho bien nuestro trabajo, no hemos dicho la verdad a los ciudadanos, no hemos encarado de frente, con valentía los problemas.

No hemos dicho que la inmigración descontrolada y mal integrada era una bomba de relojería. No hemos dicho que la política verde y la hiperregulación y que las imposiciones woke eran un disparate. Estoy hablando en plural porque algunos sí lo decíamos, pero muy en solitario, dábamos esas discusiones como guerreras culturales y en solitario durante mucho tiempo.

Cuando los partidos tradicionales no se han ocupado de decir la verdad a la gente y tapan los problemas por corrección política y por miedo, esos problemas acaban explotando en forma de partidos nacionalistas y partidos populistas. Entonces nos agarramos la mano a la cabeza y decimos “¿Qué hacemos ahora?” Y Europa probablemente va a empezar a girar, y Metz, el canciller alemán, está empezando a girar en su discurso y Starmer, que es laborista en Reino Unido, está empezando a girar en su discurso de inmigración.

Va a haber un giro hacia políticas mucho más realistas, más duras en inmigración, vamos a empezar a volver a lo nuclear, vamos a dejarnos de algunos de los objetivos maravillosos del mundo verde y feliz que no se podía pagar. Vamos a empezar a decir la verdad sobre la defensa. Vamos a tener que pagar nuestra defensa y, por tanto, vamos a tener que efectivamente recortar en otras partidas y a los ciudadanos eso va a doler. Vamos a necesitar líderes visionarios, fuertes, valientes, capaces de explicarle a la gente todas estas cosas, que digan la verdad, churchillianos, capaces de ser visionarios, valientes, empáticos y a su vez arrastrar a la gente con un gran liderazgo.

¿Dónde están esos líderes? Bueno, digamos que la clase política en general no está en su mejor momento en ningún lugar del mundo, pero no hay que descartar que surjan.

El canciller alemán, yo le vi el otro día en una intervención, me causó una muy buena impresión. Meloni es una señora que con agallas y con bastante claridad y criterio y fuerza, es decir, el hecho de que no estén en hoy no significa que no vayan a estar. Y esos liderazgos que sí vean actúen a partir del principio de realidad y corrijan esos problemas, serán los que evitarán que esos partidos nacionalistas acaben causando un daño irreversible al proyecto de la Unión Europea y al orden liberal.

Estados Unidos. Es decir, separatismo de un lado, woke, MAGA, woke, MAGA. Fue creando eso. Dos escenas que marcan un punto de inflexión en la historia del orden liberal. Se construye amorosamente el año 45 sobre los escombros de la Segunda Guerra Mundial. Y llegamos a la escena dos, que son la escena del Despacho Oval de la Humillación a Zelenski y la escena de la Rosaleda con un cartel Presidente de los Estados Unidos empieza a establecer aranceles en función de criterios abracadabrantes a cada país.

¿Entonces, hacia dónde va eso? Eso va hacia el desorden, hacia el caos. Entonces, a partir de ahora hay que pensar “¿nos tiramos en los brazos de China, porque el desorden es total y China, en el fondo, es una cosa más tranquila?” No. Lo que hacemos es reconstruir el orden liberal, reconstruir la alianza con los Estados Unidos a partir de los principios.

Hay que volver a los principios liberales. No va a haber convivencia democrática, ni progreso, ni prosperidad, ni comercio, ni intercambio, ni nada, ni reglas claras y, por lo tanto, prosperidad, etcétera fuera del orden liberal. La idea de éxito, digamos políticas liberales en lo económico, pero autoritario en lo político. Eso es el modelo chino. Yo no quiero el modelo chino.

– ¿Qué piensan de Argentina y de Milei en Europa?

-Siempre hay un interés. Argentina es un país que siempre interesa y fascina. Es un país maravilloso, fascinante y que además es muy cercano, con el que curiosamente España tiene un vínculo, no solo España. Los europeos en general tienen una simpatía hacia Argentina muy, muy estrecha.

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