Hugo Moyano lidera la resistencia contra Cristina Kirchner en la CGT y le dedicó una punzante frase a su hijo Pablo

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Hugo Moyano y su hijo Pablo, en el peor momento de su pelea tras la visita a CFK

Cuando nadie lo esperaba, Hugo Moyano se puso al frente esta semana de la resistencia en la CGT a sumarse a la estrategia de Cristina Kirchner e incluso lo hizo con una filosa frase contra su hijo Pablo que, sin su aval, se reunió con la ex presidenta para darle el “apoyo” del Sindicato de Camioneros y de “los trabajadores”.

La contundente postura del líder gremial contra el paro general y la adhesión a la marcha en favor de la ex mandataria condenada, tal como pretendía el PJ y sindicalismo K, fue consensuada con los máximos jefes cegetistas y actualizó un añejo enfrentamiento político que tendrá consecuencias en el diseño de la futura CGT, cuyas nuevas autoridades serán elegidas en octubre.

Como anticipó Infobae, la CGT debía reunirse el martes, a las 15, con el Consejo Nacional del PJ para organizar el acto en defensa de Cristina Kirchner, pero previamente deliberó en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), donde una decena de dirigentes criticó en duros términos a la ex presidenta y a su hijo Máximo por el “destrato” al que sometieron durante años a toda la dirigencia sindical no kirchnerista.

Cristina Kirchner y Pablo Moyano, reunidos el viernes pasado

Mientras algunos de los presentes prefirió no hablar, Moyano pidió la palabra para cuestionar al PJ: “Hace mucho yo dije que el partido era una cáscara, pero ahora no es ni siquiera una cáscara”. Luego, apuntó contra los kirchneristas por haberse apropiado del PJ y haber digitado a su antojo las listas de candidatos. Destacó que cuando el macrismo le allanó “25 veces” el sindicato, nadie de los K lo llamó “para ver si necesitaba algo”.

Lo más llamativo vino cuando ventiló un dato sugestivo de su interna familiar, con una frase filosa contra su hijo mayor, con el que está enfrentado desde hace años: “Como ustedes saben, alguien de mi familia visitó a Cristina. Imagínense cómo nos cayó. Pablo la fue a visitar y ni me llamó por el Día del Padre”, dijo.

La lapidaria alusión a Pablo confirmó una vez más que la disputa entre padre e hijo es irreversible y que el titular de Camioneros está enojado por su decisión de ir a visitar a la ex presidenta en su departamento, donde, para colmo, llevó el apoyo del sindicato en forma inconsulta.

Héctor Daer, Octavio Argüello, Carlos Acuña y Hugo Moyano

En la CGT creen que la visita de Pablo Moyano a Cristina Kirchner fue gestionada por Sergio Palazzo (bancarios), uno de los referentes del sindicalismo K, y que fue parte de una jugada para que pareciera que Camioneros se había alineado con la estrategia de los kirchneristas.

De por sí, a partir del gesto de Pablo Moyano, cerca de Cristina Kirchner dejaron trascender el fin de semana que el sindicato de Moyano apoyaba la idea de hacer un paro general de la CGT para apuntalar la concurrencia a la caravana de la ex mandataria a los tribunales de Comodoro Py (que terminó en un acto en la Plaza de Mayo cuando se formalizó la detención en su casa).

En el encuentro de la CGT en Sanidad no hubo gritos ni discusiones, aunque había dirigentes cercanos al kirchnerismo como Víctor Santa María (encargados de edificios) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), a quienes CFK nombró en el Consejo Nacional del PJ que preside.

La CGT no quiso reunirse con el PJ por el acto en defensa de Cristina Kirchner

La misma postura de Hugo Moyano fue compartida allí por los cotitulares de la CGT Héctor Daer (Sanidad) y Octavio Argüello (Camioneros), aunque llamó la atención la sugestiva ausencia del tercer miembro del triunvirato, el barrionuevista Carlos Acuña (estaciones de servicio).

Entre los presentes estuvieron José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Julio Piumato (judiciales), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Jorge Sola (seguros), Omar Plaini (canillitas) y Miguel Paniagua (espectáculos públicos).

Entre los que asumieron una fuerte postura en contra de adherir al acto kirchnerista estuvieron Piumato e incluso Plaini, quien habría dicho ante sus colegas que “la CGT no es la Gendarmería de Cristina Kirchner”, aunque dos días antes le había dicho a Radio El Destape: “Estoy convencido de que la CGT va a convocar a movilizar”.

Cristina Kirchner, con sindicalistas afines como Sergio Palazzo, Abel Furlán y Mario Manrique

Finalmente, como expresión de malestar, los dirigentes de la CGT decidieron no concurrir a la reunión citada por el PJ para analizar la marcha por Cristina Kirchner debido a las “desprolijidades” en la convocatoria y, además, por el temor de que el kirchnerismo alentara una agresión en contra de ellos cuando llegaran a la sede partidaria.

Sólo hubo un comunicado de prensa en el que la CGT anunció la “libertad de acción” de los sindicatos «para dar testimonio de acompañamiento» al acto de la Plaza de Mayo. Sin paro general ni presencia orgánica en la concentración, la central obrera destacó: “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”.

Además de haber piloteado la resistencia ante los K, el otro gesto clave de Hugo Moyano en las últimas horas fue haber firmado esta semana su nueva paritaria respetando el tope del Gobierno del 1% mensual.

Axel Kicillof, en un abrazo con Héctor Daer durante una reunión en la CGT

El convenio, anticipado por Infobae, incluye un aumento del 3% en tres cuotas del 1% para junio, 1% para julio y 1% para agosto, más una suma fija de $45.000 y el pago de $18.500 por trabajador como “contribución” de los empresarios a la obra social del gremio.

Moyano venía cerrando paritarias a la baja, pero la anterior, del período marzo-abril, había quedado más desfasada: fue del 3,2% en tres cuotas cuando sólo la inflación de marzo alcanzó el 3,7%.

Por eso, el 22 de abril, el líder sindical pidió reabrir las paritarias y exigió una fuerte recomposición salarial. Sin embargo, terminó esperando a junio, cuando vencía el anterior acuerdo, y firmó por el 3% trimestral. Aun así, el “truco” de la paritaria moyanista es que contempla el pago de una suma fija no remunerativa de $45 mil que se pagará este mes y que potenciará el impacto de la mejora en el bolsillo de los trabajadores.

Hugo Moyano, en una marcha de Camioneros

Se descuenta que la Secretaría de Trabajo homologará la paritaria de Camioneros por haber respetado el tope del 1% mensual, mientras sigue sin convalidar, entre otros, el reciente aumento salarial de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que firmó una mejora del 7,6% en cinco tramos (3,3% en abril, 1,2% en mayo, 1,1% en junio, 1% en julio y 1% en agosto), además de sumas fijas no remunerativas de $30 mil y de $25 mil.

El 3,3% de abril, obviamente, es el argumento de fondo para que el Gobierno no le dé luz verde a la homologación, mientras en los círculos libertarios descartan que existan motivaciones políticas: Abel Furlán, el titular de la UOM, es uno de los líderes del sindicalismo kirchnerista y ahora encabeza una rebelión contra la CGT al exigirle un plan de lucha contra el ajuste y la “proscripción” de CFK.

Aun así, en la Casa Rosada sonríen ante la sucesión de hechos de esta semana que hicieron recobrar el protagonismo a Hugo Moyano en coincidencia con las necesidades oficialistas: en contra de Cristina Kirchner y en sintonía con la política salarial del Gobierno.

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