Los aranceles que impuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como medida proteccionista para la economía de ese país a sus principales socios comerciales siguen generando nerviosismos en los mercados del mundo, así como en las naciones a los que les correspondió un aumento de los mismo. Por ejemplo, a Colombia le correspondió un arancel base del 10% a las exportaciones, lo que generó de inmediato dudas para productos como el café, el aguacate Hass y el petróleo, que son de carácter significativo para el comercio exterior nacional.
No obstante, el Gobierno colombiano decidió no entrar en la guerra comercial, sino que anunció que solicitará la eliminación del mismo, algo que fue respaldado por los gremios del sector., que acordaron una serie de pasos a seguir, principalmente, de acompañamiento, tanto del Gobierno como de la parte privada.
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Por supuesto, aún hay dudas sobre lo que está pasando con la situación, que incluye a países como China. que decidieron tomar represalias e impusieron aranceles recíprocos. Al respecto, Infobae Colombia habló con el director del Consejo de Empresas Americanas (CEA) en Colombia, Ricardo Triana, que dio su visión de lo que puede pasar en adelante, sobre todo, con respecto a salarios y generación de empleo, puntos que preocupan a miles de colombianos.
¿Qué conclusiones hace de la guerra comercial que inició Estados Unidos con China?
La guerra comercial entre Estados Unidos y China escaló de manera considerable en los últimos meses, con la imposición de nuevos aranceles de ambos países. Estados Unidos anunció aranceles de hasta el 145% a productos chinos, especialmente, en sectores clave como acero, vehículos eléctricos, baterías y semiconductores. En respuesta, China incrementó los aranceles sobre productos estadounidenses, pasando de una carga arancelaria promedio del 84% al 125%.
Esta situación no solo refleja un aumento en las tensiones bilaterales, sino una transformación estructural en el comercio internacional, marcada por una fragmentación de los mercados y una búsqueda activa de las empresas por disminuir su exposición a riesgos geopolíticos.
Este enfoque proteccionista de Estados Unidos no afectará de manera exclusiva a China, sino que tendrá repercusiones en otros países y regiones. Recientemente, el presidente Donald Trump anunció una prórroga de 90 días para la aplicación de los aranceles a 75 países, incluidos varios de América Latina, que no tomaron represalias contra Estados Unidos.
Por ahora, países como Colombia, Brasil, Argentina, Venezuela y Chile seguirán enfrentando un incremento del 10% en los aranceles de importación de productos hacia Estados Unidos. En el caso de la Unión Europea, la aplicación de un arancel del 20% sobre productos clave como acero y vehículos también ha sido pospuesta hasta el 14 de julio, lo que permite negociar un posible acuerdo.
¿A qué nos puede llevar este escenario?
Este escenario de incertidumbre está llevando a muchas empresas a replantear sus estrategias globales, buscando diversificar riesgos y optimizar sus cadenas de suministro. Aunque el objetivo principal de la guerra comercial es incentivar el retorno de la industria a territorio estadounidense, América Latina —y particularmente Colombia— se presenta como una alternativa atractiva debido a su proximidad geográfica, la calidad de su talento humano y su creciente potencial como hub regional de manufactura y servicios.
En este contexto, Colombia tiene la oportunidad de fortalecer aún más su posición como destino de inversión, enfocándose en la mejora de su infraestructura logística, la estabilidad normativa y el desarrollo del capital humano. Esto permitirá consolidar un entorno competitivo y confiable para las empresas que buscan diversificar sus operaciones y reducir su exposición a riesgos geopolíticos.
¿Cómo puede afectar a las empresas americanas en Colombia la guerra comercial entre Estados Unidos y China?
La guerra comercial entre Estados Unidos y China puede generar impactos indirectos en las empresas estadounidenses con presencia en Colombia, en especial, en términos de ajustes logísticos, insumos estratégico, el redireccionamiento de inversiones o la reconfiguración de cadenas de valor. A pesar de las tensiones comerciales, la relación entre Estados Unidos y Colombia se remonta a más de 200 años, lo que demuestra una sólida cooperación y entendimiento mutuo, lo que brinda un marco de estabilidad y confianza para las empresas en la región.
En este contexto, Colombia sigue ofreciendo un entorno favorable para la inversión, con su ubicación estratégica, estabilidad institucional y acceso a mercados clave. La situación actual puede representar una oportunidad para que Colombia se consolide como un centro regional de operaciones, ofreciendo una base sólida para empresas que buscan diversificar sus cadenas de suministro y acercarse a mercados de América Latina y Norteamérica.
¿Qué sugerencias les dio a las empresas americanas en Colombia ante la situación?
Desde el Consejo de Empresas Americanas invitamos a nuestros afiliados a adoptar una mirada estratégica y de largo plazo. Los gobiernos son actores temporales, pero las relaciones entre países y las decisiones empresariales bien fundamentadas tienen efectos duraderos.
En ese sentido, hemos hecho un llamado a la diplomacia empresarial, con el fin de que las casas matrices de nuestras compañías tengan en cuenta que Colombia representa una oportunidad para las nuevas dinámicas internacionales en busca de estabilidad, crecimiento y una ubicación privilegiada que facilite el acceso a múltiples mercados.
¿Qué apuestas pueden marcar la diferencia con otros países?
Fortalecer sus operaciones aquí, invertir en talento local y promover la transferencia de conocimiento son apuestas que pueden marcar la diferencia en el futuro cercano. Además, la cercanía geográfica de Colombia, junto con su capacidad para conectarse con otros mercados clave en la región, le permite posicionarse como un hub estratégico para operaciones regionales, en especial, cuando los flujos comerciales a través de otros países pueden verse afectados por aranceles o restricciones.
Asimismo, hacemos un llamado a priorizar el diálogo con el sector público. El fortalecimiento de la relación público-privada es clave para incrementar la resiliencia del aparato productivo colombiano.
En momentos de incertidumbre, es fundamental que las empresas, los gremios y el Estado trabajen juntos para identificar soluciones que protejan el empleo, fomenten la competitividad y atraigan inversión. Desde el CEA Colombia estamos comprometidos con ser un actor articulador que promueve consensos y construye puentes entre los distintos sectores, siempre pensando en el bienestar del país. Por medio de este trabajo conjunto, se pueden crear las condiciones necesarias para que Colombia se consolide como un destino ideal para la inversión a largo plazo, favoreciendo el crecimiento y desarrollo de la región en su conjunto.
¿Puede haber pérdida de empleos en Colombia ante la guerra comercial? ¿O puede haber reducción de salarios?
Es posible que, debido a la guerra comercial, ciertos sectores en Colombia que dependen de las cadenas de suministro globales puedan enfrentar presiones que afecten el empleo o las condiciones salariales, en especial, si se prolongan las disrupciones en el comercio o se incrementan los costos operativos.
Sin embargo, es importante reconocer que este escenario es temporal, ya que los gobiernos son actores de turno y las relaciones comerciales entre Colombia y Estados Unidos tienen una historia de más de 200 años, lo que da una base sólida para la estabilidad a largo plazo.
En ese sentido, si el país logra mantener un entorno competitivo y estable, podríamos, incluso, ver un aumento en la generación de empleo formal y en la transferencia de conocimiento y tecnología.
Colombia tiene una ubicación estratégica que le permite conectarse con varios mercados clave, lo que ofrece grandes oportunidades para las empresas que buscan diversificar su producción. Por eso, es fundamental que trabajemos en conjunto entre el sector privado y el Gobierno para fortalecer la infraestructura, la seguridad jurídica y la capacitación del talento humano, de modo que podamos convertir este desafío global en una oportunidad de desarrollo local y posicionar al país como un hub regional de inversión y crecimiento sostenible.
¿Pueden llegar o irse más empresas americanas ante la situación? ¿Qué destinos ve viables?
El entorno actual, aunque desafiante, no necesariamente desincentiva la llegada de nuevas empresas estadounidenses a Colombia ni impulsa su salida del país hacia otros destinos. Las compañías afiliadas al CEA se caracterizan por completar sus planes estratégicos diseñados con una visión a largo plazoque se ve reflejada en las 118 compañías afiliadas, de las cuales 60 hacen presencia en Colombia desde hace más de 30 años y 18 de ellas, por más de siete décadas.
Por el contrario, la estabilidad macroeconómica del país, su ubicación estratégica en la región, el talento humano y la solidez del marco legal continúan siendo factores atractivos para la inversión extranjera. De hecho, según el Banco de la República, la inversión de Estados Unidos en Colombia pasó de USD2.154 millones en 2011 a más de USD5.500 millones en 2024, lo que demuestra un crecimiento sostenido incluso en contextos complejos.
Frente a las nuevas dinámicas globales, Colombia puede posicionarse como una plataforma regional para empresas que buscan reorganizar sus cadenas de suministro. Sectores como el agroindustrial, farmacéutico, tecnológico y energético ofrecen oportunidades claras de expansión y relocalización productiva.
¿Cree conveniente dejar de utilizar el dólar ante la guerra comercial?
Desde una perspectiva económica y geopolítica, no es conveniente que Colombia deje de utilizar el dólar. Esta moneda sigue siendo la principal divisa en el comercio y las inversiones internacionales, y, además, representa un vínculo clave con Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial y aliado estratégico.
En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo que Colombia necesita es afianzar su relación con socios confiables, no tomar decisiones que puedan generar incertidumbre o alejar la inversión. El enfoque debe estar en fortalecer nuestra competitividad y aprovechar las oportunidades que surgen.
¿Ve conveniente que Colombia imponga un arancel recíproco?
Desde el CEA Colombia consideramos que cualquier respuesta comercial debe ser estratégica, no reactiva. Imponer un arancel recíproco podría generar tensiones innecesarias y afectar a sectores nacionales que dependen de insumos o bienes provenientes de Estados Unidos. En lugar de replicar medidas, Colombia debe actuar con base en evidencia técnica, priorizando el crecimiento económico y la generación de empleo.
El camino adecuado es fortalecer la competitividad nacional, diversificar nuestros mercados de exportación y mantener un diálogo abierto y respetuoso que proteja los intereses del país sin cerrar las puertas a la cooperación. Esto implica identificar sectores con alto potencial de crecimiento y desarrollar políticas que impulsen su desarrollo de forma sostenible y articulada con el entorno global.
¿Qué garantías le debe dar el Gobierno colombiano a las empresas americanas?
El Gobierno colombiano debe ofrecer garantías que promuevan un entorno de inversión estable, predecible y competitivo para las empresas americanas que operan en el país. Esto implica seguridad jurídica, reducción de trámites, reglas claras y respeto por los acuerdos internacionales como el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
También es clave fortalecer la institucionalidad, reducir la tramitología y mejorar la infraestructura para facilitar el comercio. En un contexto cambiante como lo es el actual, Colombia tiene la oportunidad de posicionarse como un aliado estratégico y confiable para el capital estadounidense, siempre y cuando genere confianza y condiciones propicias para el desarrollo empresarial.