QUITO.- Las urnas cerraron en las cruciales elecciones presidenciales ecuatorianas, el balotaje entre el presidente Daniel Noboa y su retadora, la candidata de izquierda Luisa González, en un clima de inseguridad e insinuaciones de fraude de los dos bandos.
Las elecciones se desarrollaron en el marco de la violencia que azota al país derivado del crimen organizado, y que llevó al presidente Noboa a declarar el estado de emergencia y el cierre de las fronteras terrestres con Colombia y Perú, temiendo intentos de desestabilización de elementos delictivos del otro lado limítrofe.
“Vamos a estar expectantes de cómo se desarrolla en el día de hoy las elecciones, pero también listos para defender la democracia”, dijo González.
“Hago un llamado a las fuerzas del orden, a la Policía y a las Fuerzas Armadas, a no intervenir a favor ni en contra del recuento de votos en las urnas, sino a garantizar la correcta democracia”, añadió la candidata.
Noboa había denunciado “irregularidades” tras las primera vuelta.
“Debemos rechazar con firmeza la narrativa de fraude, las acusaciones sin pruebas (…) minan la confianza en la democracia”, dijo en el acto inaugural Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral, saliendo al cruce de las declaraciones de los candidatos.
El jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Ecuador, el excanciller chileno Heraldo Muñoz, destacó la “normalidad” y “tranquilidad” con que transcurrió la votación.
Noboa y González son los dos mismos rivales que se enfrentaron en el balotaje de 2023, que le dio la victoria al outsider Noboa, quien a sus 35 años se convertía en uno de los líderes más jóvenes de la historia.
Ahora es González la que quiere marcar un nuevo récord, siendo la primera mujer en acceder al Palacio de Carondelet, la sede del gobierno.
En la primera vuelta de febrero, los dos candidatos quedaron en empate técnico que los dejó con solo 17.000 votos de diferencia. Las encuestas producidas desde entonces reiteraron esa misma paridad, con diferencias mínimas que en muchos casos no superan un punto.
Noboa entró y salió sin hacer comentarios en su lugar de votación esta mañana, y se quedará en esa ciudad costera, siguiendo la evolución de los comicios y esperando los resultados bien entrada la tarde. González, candidata por la izquierdista Revolución Ciudadana, votó en su pueblo de Canuto, en la también costera provincia de Manabí.
La gravísima situación de inseguridad estuvo en el primer lugar de la preocupación ciudadana y de la agenda de los candidatos, en un país donde se han producido en estos primeros meses de 2025 un asesinato por hora, producto del crimen organizado.
Los partidarios de Noboa confían en darle un mandato completo, de cuatro años, para controlar la delincuencia y reactivar la economía, con apertura comercial y empresa privada. González, por su parte, quiere devolver a la izquierda al poder, apadrinada por el polémico expresidente Rafael Correa, viejo aliado del chavismo venezolano.
“Voto por Noboa, por la ideología, por cómo ha destapado las cosas. Toda la delincuencia que estamos viviendo no es de ayer, esto lleva muchos años, durante el correísmo. Noboa está poniendo un alto a todo esto. No es que sea fácil, a lo mejor en cuatro años no lo va a lograr, pero ya es un camino. Es más que nada para que no regrese ese señor que nos hizo tanto daño”, dice Mónica, de 42 años.
“Soy venezolana, estoy hace siete años, espero que la gente se ilumine y vote sabiamente viendo las experiencias de otros países. González ya dijo lo que piensa hacer y es muy parecido a cómo empezó en Venezuela, darle autoridad y armas a las comunidades para ejercer la seguridad. En mi país se llamaban círculos bolivarianos”, dice por su parte Maya Salcedo, de 41 años.
Maya vino hace siete años en una de las oleadas de migrantes que dejaron atrás la crisis social y política venezolana y que se repartieron por América Latina. Junto a ella está su hijo Fabián, de 11 años. “Él también está preocupado, no se quiere ir de Ecuador, no quiere volver a emigrar”, dice Maya sobre un triunfo de González.
En la vereda de un centro de salud, Edison Bolívar, de 59 años, está ayudando a estacionar los autos de los que vienen a atenderse. Hay mucho movimiento y se mueve con agilidad de un lugar al otro. En una breve pausa, toma un poco de aire y cuenta que votaba por González “porque tiene como para hacer un buen gobierno, para expandir el Ecuador”. Pero expresó su deseo de que “cualquiera que gane, que sea bueno para el país”. Por otra parte, cuenta que está pensando irse a Chile “porque no hay trabajo”.
La economía y el mercado laboral no pasan por su mejor momento. El PBI decreció en 2024 y se prevé un crecimiento del 2% para este año, tras un año recesivo donde, si bien aumentó la recaudación fiscal, no creció la productividad, junto a un mercado laboral planchado.
El Banco Mundial recomendó a Ecuador modernizar el marco laboral, fomentar el crecimiento y la productividad de las empresas para impulsar la creación de más empleos. Según economistas, se trata en parte de impulsar la minería legal, el turismo y la agricultura, de los sectores que más aportan al PBI y que generan más trabajo.
En una elección que se estima pareja, algunas voces llamaron a no dejarse llevar por las encuestas de boca de urna, tras la experiencia en la primera vuelta donde le asignaban una diferencia muchísimo mayor a Daniel Noboa de la que finalmente sacó, y que indujeron a creer que se impondría en esa misma jornada.
De las cuatro empresas habilitadas para hacer exit polls, solo dos publicarán sus proyecciones. Una de las que desistió, Cedatos, justificó su decisión aduciendo riesgos de seguridad y dificultades para acceder a recintos. Pese a las dificultades que señaló Cedatos, las empresas Telcodata y Corpmontpubli conducirán encuestas en distintas provincias y difundirán los resultados.
El diario La Hora, de Guayaquil, dijo que no difundirá los sondeos de boca de urna, “para ayudar a precautelar la democracia y la paz nacional en lo que promete ser una ajustada jornada electoral”. Dará los datos oficiales, una vez que empiecen a fluir de la autoridad electoral.