El emblemático Parque de los Príncipes será este martes una caldera hostil frente a Aston Villa y, especialmente, contra su arquero, el campeón del mundo argentino Emiliano Dibu Martínez, que regresa a París, la ciudad en la que fue galardonado las últimas dos temporadas como el mejor del planeta en su puesto.
A los 32 años, el muro de los “Villanos” (apodo de Aston Villa), que no es de los que se amedrentan ante la presión del público adverso -al contrario- afronta el desafío de ida de los cuartos de final de la Champions League ante París Saint-Germain en uno de sus mejores momentos. La presencia de Dibu en París será uno de los partidos dentro del propio partido; una suerte de duelo entre Francia contra el arquero de la selección dirigida por Lionel Scaloni dos años después de la destacada actuación de Dibu en los penales que colaboraron para el título mundial argentino ante los Bleus en Qatar.
En el estadio qatarí de Lusail, el arquero nacional se agigantó ante Randal Kolo Muani en la prórroga y, frente a Kingsley Coman y Aurélien Tchouaméni en los penales, una brillante actuación bajo los palos que tuvo más condimentos por su juego psicológico durante el partido y su celebración posterior.
No será la primera vez en que Dibu Martínez pise suelo francés después de haberse estampado la tercera estrella sobre el escudo. Lo hizo en 2023 y 2024 para recibir -en el Teatro del Chatelet de la capital- el trofeo Yashin como el mejor arquero del mundo. Y hace un año supo lidiar de nuevo con los abucheos del público de Lille en un partido de la Conference League en el que volvió a ser determinante.
El marplatense está bajo la lupa de los franceses. “Emiliano Martínez, el arquero que amamos odiar”, es el título del artículo publicado por la revista francesa So Foot, donde se hace referencia a la rivalidad que existe entre el arquero argentino y los fanáticos del mencionado país europeo.
“Antes del Mundial de 2022 era un desconocido. Luego disgustó a Francia, avergonzó al resto del mundo con sus celebraciones y provocó un baby boom en Argentina. En el espacio de una competición, se convirtió en un bastardo para algunos, un héroe para otros. ¿Prueba de genialidad? Después de Les Bleus y LOSC (Lille Olympique Sporting Club), es el turno del PSG de enfrentarse a Dibu”, palpita el texto publicado esta semana.
La forma en que Emiliano Martínez celebró su victoria en la final del Mundial generó polémica. Eso es lo menos que podemos decir. Primero estuvieron sus movimientos de baile después de que Tchouaméni fallara el penalti, a quien le había lanzado el balón al otro lado del área para obligarlo a caminar unos metros más”, recordó el artículo escrito por los periodistas Pierre Boisson y Georges Quirino-Chaves, que también dieron lugar al elogio al hablar de la mítica tapada a Kolo Muani.
“Una atajada crucial que solo un puñado muy pequeño de arqueros en el mundo son capaces de hacerla, y una brillante tanda de penales, que simplemente dominó, como si todos supieran de antemano que la iba a ganar”, apuntaron. Sobre los festejos tras la final en Qatar, que también se repitieron luego de eliminar al Lille, Boisson y Quirino-Chaves remarcaron: “Una conducta carnavalesca que hizo de Dibu Martínez un héroe para la Argentina y, para el resto del mundo, un bastardo o un loco”.
Martínez nunca pasa inadvertido: es de esos jugadores que hinchas y compañeros quieren tenerlo de su lado. “Es así, él tiene una reputación, sabe arreglárselas. Estoy contento de tenerlo conmigo”, declaró el defensor francés del equipo de Birmingham, Lucas Digne, después de la victoria en Lille.
“Párpados muy abiertos, pupilas dilatadas, ojos que salen de sus órbitas, girando como una atracción de un parque de diversiones: si ve alguno de estos signos en el rostro de Emiliano Martínez, tenga cuidado. Está a punto de detener su penalti o está a punto de bailar sobre su cadáver. Es adrenalina. Y también su manera de expresarse”, finalizó el texto de la revista francesa So Foot.
En otro artículo, publicado en Get French Football News, se tituló que es el “enemigo público número uno″ y pronosticó que se “puede esperar una recepción hostil por parte del Stade Pierre-Mauroy”, porque los fanáticos “tendrán una oportunidad real de expresar algo de su enojo anterior”.