La mandarina es una fruta popular por su sabor equilibrado, su tamaño pequeño y lo fácil que resulta pelarla. Es frecuente que muchas personas la elijan como una de sus frutas preferidas.
La Fundación Española de la Nutrición destaca que este cítrico es rico en vitamina A, vitamina C, flavonoides y ácidos orgánicos, lo que la convierte en una excelente opción para fortalecer el sistema inmunológico y promover una buena digestión.
Sin embargo, existe un hábito común que puede reducir los beneficios que ofrece la mandarina. Muchos eliminan ciertas partes de la fruta que no les resultan agradables ni a la vista ni al gusto, sin saber que estas son cruciales para la salud.
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El albedo, un componente clave para la salud
El nutricionista Manuel Viso abordó este tema en un video que compartió en su cuenta de Instagram. En él, comentó sobre el error frecuente al comer mandarinas: la tendencia a descartar el albedo, que son los hilos blancos que quedan entre los gajos y la cáscara.
El nutricionista explicó que esta parte de la mandarina, que suele ser desechada, es la que más beneficios ofrece. Según Viso, “es donde mayor cantidad de flavonoides y antioxidantes hay, y es la parte que más vitamina C tiene, mucho más que la pulpa”.
Este hábito no se limita solo a las mandarinas. Viso también señaló que el albedo está presente en otras frutas, como la banana, y tiene propiedades igualmente valiosas. “Ahí están la mayor cantidad de antioxidantes, antiinflamatorios, vitaminas y minerales como el potasio, el magnesio y el triptófano”, explicó el experto.
Por este motivo, el nutricionista recomienda no desechar el albedo y, en lugar de tirarlo, aprovecharlo para obtener sus beneficios nutricionales.
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Los beneficios de consumir mandarina
Las mandarinas no solo son sabrosas, sino que también son beneficiosas para la salud. Ofrecen una serie de ventajas, entre las que se incluyen:
- Mejora la salud cardiovascular. Gracias a su contenido de fibra, las mandarinas ayudan a reducir la absorción de grasas y colesterol, además de ser ricas en antioxidantes que protegen las arterias y previenen la hipertensión.
- Fortalece el sistema inmunológico. La vitamina C es un antioxidante potente que refuerza las defensas del cuerpo y combate las infecciones. Las mandarinas son una excelente fuente de esta vitamina.
- Control del peso. Al ser bajas en calorías y ricas en fibra, las mandarinas son una opción saludable para quienes buscan perder peso o mantener un peso adecuado.
Este cítrico puede disfrutarse de diversas maneras: sola, en ensaladas, jugos o incluso en postres, lo que la convierte en una opción versátil para incluir en la dieta diaria.
Además, antes de incorporar cualquier alimento nuevo a la dieta, es fundamental consultar con un profesional de la salud. Un nutricionista o médico puede ofrecer orientación personalizada, asegurando que las elecciones alimenticias sean adecuadas para las necesidades individuales y no afecten negativamente la salud.
- Mejora la digestión. La fibra presente en las mandarinas favorece la salud digestiva y ayuda a prevenir el estreñimiento.
- Protege la piel. Los antioxidantes de las mandarinas ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres, promoviendo una piel más joven y saludable.