El reciente Gran Premio de Mónaco levantó una ola de reacciones contrastantes en el mundo de la Fórmula 1. La carrera, que suele ser un espectáculo esperado por la élite automovilística, se convirtió en un tema de debate y polémica al adoptar nuevas medidas reglamentarias que no lograron el impacto deseado entre los pilotos y seguidores.
El evento, que este año ocupó la octava fecha del calendario, se caracterizó por la implementación de una regla experimental que obligaba a los pilotos a realizar dos paradas en boxes durante la competencia. Esta decisión, pensada para incrementar el dinamismo y la emoción en una pista notoriamente difícil para adelantar, generó reacciones variadas.
A pesar de que los pilotos describieron el Gran Premio como “aburrido” y cuestionaron la efectividad de las nuevas normas, el director ejecutivo de la F1, Stefano Domenicali, no dudó en expresar su satisfacción y defensa del evento. En declaraciones a la cadena británica Sky Sports, el CEO de la Máxima afirmó que “el evento de Mónaco fue increíble”, subrayando la cantidad de público y atención que atrajo la carrera. “Nunca habíamos tenido tanta gente, tantos barcos, tanta atención”, remarcó, y al mismo tiempo interpretó esto como un signo del éxito del evento.
La reacción negativa de los pilotos no se hizo esperar. Max Verstappen, el actual campeón del mundo, se mostró crítico afirmando que “no se puede correr acá, no importa lo que hagas, una o diez paradas”. A él, se le sumaron otros pilotos como Carlos Sainz, George Russell, Lewis Hamilton y Franco Colapinto. Las críticas también provinieron de comentaristas y aficionados que esperaban una competencia más emocionante en el icónico circuito del Principado.
“Fue como salir un domingo a la mañana con la familia a la ruta”, describió el conductor argentino de Alpine, afirmando que en algunos momentos el ritmo fue tan lento que la competencia se transformó en una experiencia aburrida. “No estuvo muy divertido, íbamos muy despacio, muy lejos del ritmo. Fue muy aburrido ir a cinco segundos del ritmo en algunos puntos de la carrera”, agregó.
Por su parte, el piloto español de Williams apuntó contra el formato de la prueba en las calles del Principado. “El problema de Mónaco es que prácticamente no hay espacio para adelantar… Mónaco te permite manipular la carrera de la manera que quieras”. Su frustración lo llevó a pensar en soluciones creativas durante la carrera: “Iba tan aburrido que iba diciendo qué se podría hacer aquí en Mónaco para que no se pudiese hacer esto”, comentó el ex Ferrari.
Sin embargo, desde la perspectiva de Domenicali, el revuelo generado fue precisamente lo que la Fórmula 1 esperaba. “Hubo un gran debate, nadie entendía realmente lo que iba a pasar. Y creo que ese era precisamente el efecto que buscábamos”, explicó el ejecutivo. A pesar de la falta de adelantamientos y el desarrollo caótico de las estrategias en pista, para Domenicali lo importante fue la atención obtenida: “Lo positivo es que la gente está hablando de ello, y eso es exactamente lo que queríamos”.
El Gran Premio de Mónaco, que ha asegurado su presencia en el calendario de la F1 hasta 2031, sigue siendo un escenario fundamental para la categoría, a pesar de sus conocidas limitaciones en términos de dimensión de la pista y tamaño de los coches. Estas características complican el flujo de la carrera, pero representan un punto histórico y prestigioso para el campeonato.
Si bien el campeonato continúa este próximo fin de semana en España, continúan lo ocurrido en Mónaco sigue dando de qué hablar. En ese contexto, la Fórmula 1 enfrenta el desafío de equilibrar tradición e innovación. Sin lugar a dudas, el debate sobre cómo maximizar el atractivo de eventos tan emblemáticos sin comprometer la integridad de la competencia continuará siendo un tema recurrente entre directivos, pilotos y fanáticos.
En conclusión, el Gran Premio de Mónaco de 2025 dejó claro que, a pesar de las críticas y las dificultades en pista, el espectáculo que rodea a la Fórmula 1 va más allá de lo que ocurre en asfalto. La atención mundial y el entusiasmo por el evento justifican, en la visión de sus organizadores, la reputación de Mónaco como una parada ineludible en el calendario de la F1. “Fue genial ver que, el día anterior, todo el mundo pensaba que quería entrar en boxes en la primera vuelta”, afirmó Domenicali, concluyendo que, sin importar las críticas, el interés generado fue el verdadero triunfo en esta edición del Gran Premio.