
La reciente reaparición de Conor McGregor en la esfera pública estuvo marcada por un relato que él mismo calificó como “la experiencia más iluminadora” de su vida: un tratamiento psicodélico en Tijuana, México, que, según sus palabras, le permitió “ver su propia muerte” y “encontrarse con Jesús”, transformando radicalmente su salud mental y espiritual. El excampeón de la UFC, de 37 años, compartió en redes sociales que este proceso, basado en la administración de ibogaína, no solo le salvó la vida, sino que también, en su opinión, rescató a su familia de una posible tragedia.
El luchador irlandés relató que, tras un mes de silencio en redes, decidió someterse a una serie de tratamientos para abordar traumas personales, bajo la supervisión de médicos de la Universidad de Stanford. En su mensaje, McGregor explicó que viajó a la clínica AMBIO en Tijuana, donde permaneció bajo los efectos de la ibogaína durante 36 horas. “Cuando desperté era yo otra vez. Fue la experiencia más iluminadora y encantadora de mi vida. Esta terapia vale su peso en oro. Salvó mi vida y, en consecuencia, salvó a mi familia”, escribió McGregor en X.

Durante la sesión, el peleador describió visiones en las que observó su propia muerte y el impacto que su ausencia habría tenido en sus hijos. “Me vi desde arriba mientras pasaba y luego me vi dentro del ataúd”, detalló en su publicación. El episodio, que califica de “increíble, intenso y absolutamente revelador”, incluyó también una secuencia espiritual que, según él, reforzó su fe cristiana. “Dios vino a mí en la Santa Trinidad. Jesús, su Niño. María, su Madre. Los arcángeles. Todos presentes en el cielo. Jesús descendió por los escalones de mármol blanco y me puso una corona. Fui salvado. Mi cerebro. Mi corazón. Mi alma. Sanado”, afirmó McGregor.
El tratamiento con ibogaína, un alcaloide extraído de la planta africana Tabernanthe iboga, ha sido objeto de investigaciones por su potencial para tratar adicciones, lesiones cerebrales traumáticas, ansiedad y depresión. Sin embargo, la sustancia no está aprobada para uso médico en Estados Unidos y su consumo implica riesgos, como efectos psicológicos no deseados y cardiotoxicidad, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Virginia. En 2024, investigadores de Stanford publicaron un informe en el que sostienen que la combinación de ibogaína con magnesio puede reducir síntomas de estrés postraumático y mejorar la función en veteranos con lesiones cerebrales.

McGregor no mencionó haber recurrido a la ibogaína para tratar una adicción, pero sí compartió un video de un científico explicando sus posibles beneficios para personas con dependencia. En su testimonio, el luchador insistió en que la experiencia fue “muy, muy dura”, pero absolutamente transformadora: “Estuve 36 horas bajo tratamiento antes de descansar. Cuando desperté, era yo de nuevo. La experiencia más iluminadora y encantadora que he vivido. Este tratamiento vale su peso en oro. Es muy, muy duro, pero absolutamente salvó mi vida y, en consecuencia, la de mi familia”, escribió McGregor.
El regreso de McGregor a la actividad deportiva sigue siendo incierto. No compite desde julio de 2021, cuando sufrió una fractura de pierna en su combate contra Dustin Poirier en UFC 264, una lesión que lo ha mantenido alejado del octágono durante más de cuatro años. En el ínterin, ha participado en proyectos de entretenimiento y ha enfrentado diversos procesos judiciales, incluido un caso civil en Irlanda en el que fue declarado responsable de agresión sexual contra Nikita Hand y condenado a pagar una indemnización de 248.000 euros. Además, en enero de 2025, una mujer lo acusó de agresión sexual tras un partido de la NBA en Miami, acusación que McGregor niega.

En el ámbito deportivo, la Agencia Antidopaje de Deportes de Combate (CSAD) confirmó que McGregor fue suspendido 18 meses por no completar tres recolecciones obligatorias de muestras biológicas en 2024. La sanción, retroactiva al 20 de septiembre de 2024, le impedirá competir hasta el 20 de marzo de 2026. Pese a que el propio McGregor anunció haber firmado para pelear en el evento de UFC en la Casa Blanca previsto para el 14 de junio de 2026, el presidente de la organización, Dana White, negó su participación.
Mientras tanto, el luchador irlandés sostiene que su experiencia en México le ha dado “otra oportunidad” y lo ha convertido en “un creyente más profundo”. Así lo dejó evidenciado en varias de sus últimas publicaciones posterior al mencionado posteo sobre su extravagante tratamiento. “Soy cristiano. Dios es real. Jesús es real. Me salvó”, concluyó McGregor en su mensaje.
El mensaje completo de McGregor sobre el proceso basado en la administración de ibogaína al que se sometió:

Hola chicos, estoy de vuelta. 
Tuve la bendición de conocer a los médicos más visionarios de la Universidad de Stanford y someterme a una serie de tratamientos para abordar el trauma.
Viajé a Tijuana, México, y me sometí a un tratamiento con ibogaína en AMBIO.
Vean el documental de @netflix recién estrenado titulado “In Waves and War”, ya que es exactamente el lugar al que fui.
Fue increíble, intenso y absolutamente revelador.
Se me mostró lo que habría sido mi muerte. Qué pronto iba a ser, y cómo habría impactado a mis hijos.
Me vi a mí mismo desde arriba mientras sucedía, y luego me vi desde el ataúd.
Entonces Dios vino a mí en la Santísima Trinidad. 
¡Él es PODEROSO!
Jesús, su hijo. María, su Madre. Los Arcángeles. Todos presentes en el cielo 
Se me mostró la luz.
Jesús descendió de los escalones de mármol blanco del cielo y me ungió con una corona. 
¡Fui salvado!
Mi cerebro. Mi corazón. Mi alma. ¡Sanados!
Estuve 36 horas bajo antes de finalmente descansar.
Cuando desperté, volví a ser yo.
La experiencia más iluminadora y encantadora que he tenido en mi vida.
¡Este tratamiento vale su peso en ORO!
Es muy, muy duro, pero absolutamente me salvó la vida, y a su vez salvó a mi familia.
¡Gracias por toda su inspiración, motivación, aliento, buenos deseos, apoyo y, lo más importante, por sus oraciones!
¡FUNCIONARON!
Vuelvo a ser mi niño.
¡Pero esta vez con el conocimiento de mi adulto!
A mi familia, mis amigos, mis fans.
¡Mi apoyo! ¡Mi equipo!
¡Cariño, lo logramos!
¡El mundo está por recibir una sorpresa!
¡Dios, soy tuyo!
¡Gracias por concederme esta increíble bendición que tomo con gran cuidado y absoluta seriedad!
Vivo mi vida según tu palabra y nada más.
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
Tu bisnieto,
Conor McGregor 







