El incidente con el público durante el funeral de Diogo Jota y André Silva que generó el accionar de la policía

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Cientos de fanáticos asistieron al funeral

La conmoción provocada por la muerte del futbolista Diogo Jota, figura del Liverpool, y su hermano André Silva alcanzó su punto más crítico durante el entierro de ambos en Gondomar, Portugal. Apenas unas horas después del funeral, la policía se vio obligada a intervenir en el cementerio para dispersar a la multitud de personas que se agolpaban junto a la tumba tomándose fotografías y grabando videos del lugar.

Jota, de 28 años, y André, de 25, fallecieron en un accidente automovilístico cuando viajaban por la autopista A52, en Zamora, España, rumbo a Santander, desde donde planeaban tomar un ferry hacia el Reino Unido. Tras el trágico suceso, el funeral conjunto reunió a familiares, amigos y a figuras del fútbol internacional en la Igreja Matriz de Gondomar. Solo se permitió la entrada a familiares y personas cercanas, mientras miles de seguidores permanecieron en las inmediaciones, siguiendo la ceremonia a través de una transmisión de audio.

Terminada la misa, la tumba de ambos fue abierta para el acceso público. Fue en ese momento cuando decenas de aficionados comenzaron a reunirse para sacarse fotografías junto a la lápida. Según informó el periódico británico The Sun, se pudo ver a personas agachadas, sosteniendo sus teléfonos y posando frente al monumento funerario, mientras la situación se descontrolaba por momentos.

La presencia de fotógrafos aficionados creció hasta convertirse en un problema de orden, lo que forzó a agentes de policía a entrar en el cementerio para dispersar a la multitud. Sin embargo, la intervención tuvo efectos limitados: “Tras despejar el cementerio, la multitud regresó momentos después”, informó el medio en cuestión.

La policía intervino en el funeral

Fuentes policiales explicaron que la medida buscó evitar situaciones de desorden y preservar el respeto por el duelo de la familia y allegados. La reacción de curiosos y fanáticos, multiplicada por el alcance internacional de Jota como delantero del Liverpool y jugador de la selección portuguesa, fue inmediata y persistente en las horas posteriores al entierro.

El sacerdote encargado del servicio, D. Manuel Linda, obispo de Oporto, se dirigió en su homilía a los tres hijos pequeños de Jota, que no estuvieron presentes en la ceremonia, y a toda la familia: “No hay palabras, pero hay sentimientos. Nosotros también sufrimos mucho y emocionalmente estamos con ustedes”. El obispo insistió: “Es humano llorar. Qué lástima para nosotros si no lo hiciéramos”.

El funeral reunió a múltiples figuras del deporte, actual y pasada, que quisieron rendir homenaje en persona. Entre los asistentes se encontraban Virgil Van Dijk y Andy Robertson, compañeros de Jota en el Liverpool, quienes llevaron arreglos florales con las camisetas de los hermanos. También estuvieron presentes personalidades portuguesas como Bruno Fernandes, Bernardo Silva, Joao Félix, Rubén Neves y ex jugadores del Liverpool como Jordan Henderson y James Milner.

Roberto Martinez asistió al funeral de Diogo Jota (AFP)

Tras la intervención policial, la afluencia al cementerio continuó, dejando en evidencia el fuerte apego de la comunidad y los seguidores al legado de Jota y André. “Muchas gracias por sus mensajes, por su apoyo y por todo lo que recibimos de todo el mundo. Hoy todos somos una sola familia del fútbol”, expresó el seleccionador portugués Roberto Martínez al finalizar la ceremonia.

Pese a los esfuerzos de la policía, el cementerio se mantuvo como epicentro de muestras de dolor y fervor popular, un retrato de la huella que dejaron los dos hermanos tanto en su tierra natal como en la afición internacional. La familia tiene previsto realizar una misa del séptimo día el próximo miércoles 9 de julio a las 21 horas, en la misma iglesia, en una ceremonia que promete repetir la gran afluencia y el clima de profunda emoción.

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