Max Verstappen enfrenta uno de los momentos más delicados en su carrera en la Fórmula 1. Tras la dura sanción recibida en el Gran Premio de España, el piloto neerlandés quedó a solo un punto de una suspensión que lo obligaría a perderse una carrera, según el reglamento de la FIA. Es por eso que durante los próximos fines de semana, todo el paddock estará pendiente de las maniobras del cuatro veces campeón del mundo.
Durante la competencia en el circuito de Barcelona, Verstappen protagonizó un polémico incidente con George Russell. El piloto de Red Bull había salido de pista anteriormente, acción que llevó a su equipo a pedirle que devolviera la posición al inglés. Sin embargo, Verstappen optó por un camino distinto: “El piloto del coche 1 estaba claramente descontento con la petición de su equipo de devolver la posición. Al acercarse a la curva 5, el coche 1 redujo significativamente su velocidad, lo que parecía permitir que el coche 63 lo adelantara. Sin embargo, después de que el coche 63 le adelantara al coche 1 a la entrada de la curva 5, el coche 1 aceleró repentinamente y chocó con el coche 63”, detallaron los comisarios en el informe oficial de la FIA.
La respuesta no se hizo esperar: la dirección de carrera impuso una penalización de 10 segundos a Verstappen y le restó tres puntos en su superlicencia, llevándolo a un total de 11 sobre los 12 permitidos en un plazo de 12 meses. Ese castigo lo arrastró del quinto al décimo lugar, generando una brecha de 49 puntos con el líder del campeonato, Oscar Piastri, y dejando a Lando Norris en segundo puesto, también distanciado en el Campeonato de Pilotos.
Con la suma de los tres puntos de penalidad en Montmeló, Verstappen quedó al borde del abismo. Si suma un punto más en Montreal, sede del GP de Canadá (13 al 15 de junio) no podrá correr el Gran Premio de Austria, la carrera en casa que tiene la escudería de la bebida energizante. Si recibe otro punto en Austria, quedará fuera del Gran Premio de Gran Bretaña previsto para el 6 de julio. El neerlandés podría convertirse así en el primer campeón mundial en activo excluido por el sistema de puntos de penalización.
*La secuencia del incidente entre Verstappen y Russell
El propio neerlandés se mostró desafiante tras la carrera en el trazado catalán. Cuando le preguntaron si su maniobra había sido intencional, respondió: “¿Eso importa? Creo que prefiero hablar de la carrera que de un solo momento. George debería haber recibido una sanción por eso, estaba claro”. A quien lo criticó en el paddock, Verstappen le lanzó una frase que rápidamente dio la vuelta al mundo: “Bueno, traeré algunos pañuelos la próxima vez”.
Tampoco mostró intención alguna de reconciliación con Russell. Consultado sobre si hablaría con el piloto de Mercedes, fue tajante: “No, no lo voy a ver más. No tengo nada que decirle. Y creo que en la vida no hay que arrepentirse de demasiadas cosas”.
Las críticas no solo vinieron desde dentro de la pista. Nico Rosberg fue durísimo al analizar el episodio en Sky Sports: “Reducir la velocidad y embestir a otro conductor es bastante grave. Desde mi punto de vista, es una decisión muy indulgente. Parecía una represalia muy intencionada. Esperar al oponente, embestirlo, igual que sentiste que el otro te embistió en la curva 1. Eso es algo completamente inaceptable y creo que las reglas marcan una bandera negra, sí. Si esperas a que tu oponente lo golpee, eso es una bandera negra”.
La bandera negra implica la descalificación automática del piloto, el máximo castigo posible en la F1. Pero en este caso, los comisarios optaron por la penalización severa en tiempo y los puntos en la superlicencia. No obstante, el riesgo de un castigo ejemplar pende sobre Verstappen, que enfrenta ahora la presión de dos fines de semana decisivos: Canadá y Austria. El 30 de junio, el neerlandés podrá borrar dos puntos en su superlicencia correspondientes a un incidente en 2024, siempre que no vuelva a infringir el reglamento. Hasta entonces, cualquier desliz puede costarle caro.
Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, reconoció la fragilidad de la situación de su piloto: “Nunca se puede garantizar nada, tendrá que mantenerse fuera de líos. Vimos que el incidente se reporta y Max recibió instrucciones para devolver la posición. Él pensaba que no le dieron espacio y que George no controlaba el coche”.
Max Verstappen, con su futuro temporalmente en manos de la FIA, debe lograr mantener la calma y evitar sumar un solo punto más si no quiere convertirse en el primer campeón del mundo excluido por acumulación de sanciones. El Gran Premio de Canadá, en pocos días, será su primera gran prueba bajo esta amenaza.