Nadie imaginó que la primera final de la NBA 2025 terminaría con un giro tan drástico como el que escribieron los Indiana Pacers sobre los Oklahoma City Thunder. En un Paycom Center colmado de euforia local, el partido parecía sellado hasta que la figura de Tyrese Haliburton emergió para convertir un doble imposible a 0.3 segundos del final, el primer y único momento en que Indiana estuvo por delante del marcador.
Tyrese Haliburton remató el triunfo de Indiana Pacers por 111-110 con un lanzamiento lejano en el último aliento del Juego 1 de la serie, dejando sin respuesta a los 18.200 espectadores que colmaban el estadio anfitrión, y silenciando hasta la más mínima ovación dirigida al Thunder.
Durante casi todo el partido, Oklahoma City dominó con un sólido control, encabezados por el MVP de la temporada, Shai Gilgeous-Alexander, que firmó una memorable actuación con 38 puntos. Desde el primer doble hasta los minutos decisivos, los Thunder se mantuvieron firmes incluso después de sacar una ventaja de 15 puntos al inicio del último cuarto, amparados en un récord casi imbatible: 36 victorias y una sola derrota jugando en casa con esa clase de diferencia.
Pero Indiana no se entregó. Los Pacers pusieron en práctica un libreto que ya ejecutaron varias veces en su camino a la final: nunca rendirse, acechar hasta el final y aprovechar la oportunidad en el instante justo.
Haliburton había chocado toda la noche contra la muralla defensiva que erigieron Luguentz Dort y Alex Caruso. El base de los Pacers no encontraba ventajas ni espacios y, hasta ese último lanzamiento, apenas había acumulado 14 puntos (6 de 13 en tiros de campo, 2 de 7 en triples), 10 rebotes y 6 asistencias.
El partido parecía definitivo cuando Oklahoma mantenía nueve puntos de ventaja dentro de los últimos tres minutos, una sentencia casi absoluta en la historia de las Finales NBA: hasta este jueves, los equipos estaban 0-182 cuando perdían por 9 o más puntos en los últimos tres minutos, desde 1971. Indiana quebró esa estadística con una remontada sin precedentes.
La chispa inicial la encendió Rick Carlisle con una sustitución masiva buscando combustible fresco. Indiana superó a los Thunder 15-4 en los siguientes minutos y recortó la diferencia con canastas fundamentales de Andrew Nembhard (cinco puntos consecutivos) y Pascal Siakam (dos puntos vitales), quedando a un solo tanto (110-109) restando 48 segundos. El Thunder desperdició dos posesiones claves, una de Gilgeous-Alexander y otra de Jalen Williams.
Haliburton, al que tacharon de “sobrevalorado” durante el transcurso de la temporada, demostró en ese preciso instante por qué los grandes momentos están reservados para quienes asumen riesgos sin dudar. Recibió, se decantó hacia la derecha, encontró el mínimo espacio frente a Cason Wallace y lanzó sin titubear. La pelota pasó por la red y desató apenas un grito: el suyo, ahogando toda la furia del Paycom Center y acallando a los escépticos.
En la historia reciente de la liga, solo Hakeem Olajuwon (Houston Rockets, 1995), Michael Jordan (Chicago Bulls, 1997) y ahora Tyrese Haliburton lograron tiros ganadores en unas Finales de NBA con menos de un segundo por jugar. Haliburton sigue eligiendo la historia como su escenario predilecto, igual que en la serie contra Milwaukee, Cleveland o Nueva York, donde también se adueñó del primer partido con una canasta decisiva.
El propio Haliburton lo resumió tras el partido ante ESPN: “Somos un grupo resiliente. Nos siguen preguntando y siempre damos la misma respuesta. No nos rendimos hasta que el reloj llega a cero”.
El acompañamiento ofensivo lo pusieron Siakam, máximo anotador de Indiana con 19 puntos, seguido por Obi Toppin (17), Myles Turner (15) y Andrew Nembhard (14), que junto a Haliburton sostuvieron un equipo que nunca perdió la esperanza, incluso cuando todos los pronósticos los daban como perdedores por una diferencia de 10 puntos.
El segundo partido se disputará este domingo, otra vez en Oklahoma City. Mientras tanto, Indiana Pacers ya grabó su nombre en la historia con la primera victoria en el contador, gracias al coraje y el liderazgo de Tyrese Haliburton.