Murió Alejandra “Locomotora” Oliveras a los 47 años

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Estuvo internada varios días en un hospital de Santa Fe

Alejandra Marina Locomotora Oliveras murió este lunes a los 47 años. La ex boxeadora, que estaba internada en estado delicado desde el lunes 14 de julio tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico falleció a las 16 Hospital José María Cullen, de la ciudad de Santa Fe, según pudo confirmar Infobae.

El último parte médico de quien fuera una de las mejores boxeadoras argentinas había consignado que continuaba estable, pero que su estado era “reservado”. “Mantiene períodos de respuesta motora y apertura ocular, tanto espontánea como a la orden, como los días previos. Debido a esta estabilidad, se continúa con el proceso de desvinculación de la asistencia respiratoria mecánica, con períodos más prolongados de respiración espontánea”. El viernes pasado, los médicos le habían practicado una traqueotomía y habían consignado “algunos signos de respuesta motora”. Sin embargo, en las últimas horas su salud se agravó.

Oliveras tenía 47 años (Foto Gustavo Gavotti)

A lo largo de su carrera, la peleadora jujeña tuvo un total de 38 combates, en los que registró 33 victorias, 16 de ellas por nocaut, sumado a tres derrotas y dos empates, según detalló el portal especializado Box Rec. Su primera caída fue en el Luna Park contra su compatriota, Marcela La Tigresa Acuña, quien le sacó el título del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 2008 por la categoría Supergallo en un combate envuelto en polémica: se cayó en el quinto round después de recibir un golpe en la nuca que caratuló de “antirreglamentario” y, tras la velada, expresó que el jurado le robó el combate. “Quiero recuperar lo mío frente a ella”, contó. Nunca se produjo esa revancha.

Oliveras fue dueña de seis títulos mundiales en cinco categorías diferentes. El primero de ellos fue el cinturón de la CMB en 2006 que perdió con Acuña. Desde el día que lo obtuvo, solo pensó en una cosa. “Comencé mi camino para convertirme en la primera boxeadora de la historia en ganar cuatro títulos mundiales en todas las categorías de peso. En 2015, alcancé esa meta y gané el récord mundial Guinness. Cada pelea por el título terminó en nocaut”, escribió en una nota para el portal Orato World. Se compró sus primeros guantes después de ser campeona mundial. Antes, peleaba con guantes prestados de los sparrings.

En una entrevista con Infobae, la jujeña había contado algunos detalles de su infancia antes de subirse al cuadrilátero: “Yo vengo de una familia muy humilde. Vengo de la miseria, la pobreza y el hambre… Vengo de no tener zapatillas, de andar en alpargatas, de comer polenta todos los días y anhelar un asado. Eso fue lo que me hizo soñar con que algún día lo iba a tener todo. Algún día iba a tener una casa, un par de zapatillas que iban a ser de color blanco, que de hecho lo fueron… A mí me faltó todo, pero nunca amor”. “Cuando tenía hambre y me dolía la panza y la cabeza y no encontraba comida ni siquiera un pedazo de pan duro, mataba palomas para comer”, confesó. Se fue con su familia a Córdoba cuando tenía un año y, a los 7, empezó a trabajar junto a su padre en el campo. Llegó a aprender a manejar un tractor y a palear camiones.

Los logros de toda una vida también la catapultaron a ser elegida en una selecta nómina: “El viernes 9 de febrero (de 2024), los seis cinturones fueron llevados a la Fundación Eira para su exhibición. Es una fundación para chicos que salen de las adicciones. Allí me entregaron el premio ya que soy la primera mujer en ingresar al Salón de la Fama del Boxeo Sudamericano. Vinieron desde Caracas a entregármelo».

Oliveras junto a la Tigresa Acuña (Foto NA, Walter Papasodro)

En su juventud, la Locomotora fue víctima de violencia de género por parte de su -en ese entonces- pareja, pero un hecho marcó su vida para siempre: “Cuando le pegó a nuestro hijo, le dije: ‘Basta asesino, criminal’. Me golpeó fuerte. Y yo dije: ‘Esta es la última vez, me voy a defender’. Me empecé a entrenar, pero es psicológico el tema. Es el miedo que no te deja actuar, que te paraliza. Y yo enfrenté mi miedo y me defendí”. Este momento, sus condiciones de vida y su idolatría por Mike Tyson la empujaron a dedicarse profesionalmente al boxeo: “Lo elegí porque no tenía otra, no tenía ni para comer. No podía estudiar y quería estudiar. Mi sueño era ser abogada, bailarina, cantante, karateca y astronauta, eso decía que iba a ser a los 12 años. Yo quería hacer cinco profesiones y por supuesto no podía, porque la universidad me quedaba a 100 kilómetros”. Fue entrenada por el mítico Amílcar Brusa, quien integra el Salón de la Fama del Boxeo Mundial.

Esas experiencias forjaron un ánimo indestructible, y la llevaron a dar charlas sobre su vida y mensajes motivacionales a sus seguidores en redes sociales, donde los invitaba a “luchar por sus sueños”. Muchas personas comenzaron a pedirle su opinión para resolver sus problemas: “Me piden consejos y a todos se los doy desde el corazón”. Eso la llevó a inscribirse en la carrera de psicología brindada por la Universidad de Morón para adoptar herramientas profesionales sobre el asesoramiento a cada persona en este ámbito. “A mí me hubiese encantado que me digan ‘vos podés’. Esto que soy hoy se da porque primero me tuve que motivar a mí”, se sinceró.

Según había contado en un reportaje con Infobae en 2024, Alejandra Oliveras reveló que haría teatro en 2025 luego de ser contratada por Pardo Producciones e incluso adelantó que pondrían un ring en el escenario. “No puedo decir nada más”, deslizó en aquella oportunidad.

Por otro lado, la mujer señaló cuál era el mayor anhelo de su vida: “Sueño con hacer mi película, la historia de mi vida. Quiero a través de mi historia ayudar a muchísimas personas que creen que la vida es una mierda o que la vida es para sufrir. Te puede tocar lo peor, pero de vos depende como actuar frente a ello. Y por eso quiero hacer la película… para ayudar al mundo”.

Era hija de Luis y Lola, tenía siete hermanos y era madre de Alejandro y Alexis, quienes se adaptaron a los tiempos agitados del deporte, según relató la protagonista en una entrevista con Caras: “Hice lo que pude. No hay universidad para mamá o papá. Los crié sola con mucho esfuerzo. No he estado en fiestas de egreso y cumpleaños porque me tocaba estar concentrada o peleaba, pero sabían que yo lo hacía soñando con un futuro mejor. No estuve presente como hubiese querido pero, si no hubiera sido así, estaríamos en la miseria”.

En charla con María Laura Santillán este año con Infobae, la Locomotora lanzó una de sus reflexiones más profundas: “Tenemos dos opciones en la vida: una vida de mierda por tus decisiones o una vida fantástica porque luchás. El ganador o ganadora es la que nunca se rinde”. “La salud no tiene precio. Sos multimillonaria porque tenés salud, dos piernas y dos brazos. La gente no valora eso porque se creen inmortales. Cinco minutos antes de morirte, te arrepentís de todo lo que no hiciste, no disfrutaste, de las decisiones que no tomaste, de haber vivido esta vida dormida”, narró.

Por otro lado, tras sufrir el ACV isquémico, se hizo viral en redes sociales un diálogo mantenido con Alejandro Fantino en el extinto programa Animales Sueltos, que brindó después de la muerte de su padre y en la que profundizó en algunos detalles de su vida, como el deceso de su madre en 2008 producto de un cáncer: “Yo aprendí tanto de la vida, no vine a este mundo al pedo. Me siento tan feliz porque tuve maestros que me enseñaron a ser fuerte y decir que cada día vale la pena. Mi viejo se fue hace dos semanas. No escucho su voz. A mí también me va a tocar. En cualquier momento me puedo morir, ojalá llegue a los 75 años. Si vos no disfrutás el tecito que estás tomando, ¿qué sentido tiene la vida? ¿Cómo vas a pensar en el futuro si capaz te dormís y morís? La gente no lo tiene presente. Te podés morir en un rato. Disfrutá el momento. La gente no valora nada, piensa que la plata es lo más importante, pero eso no te hace feliz. La plata no te la ponen en el cajón. Disfrutá el día a día. Sentí la vida. Todo tiene solución, la muerte no. Es bueno tener problemas, son desafíos, ¿qué hace una persona que no tiene problemas? Depende de vos achicarte ante el problema o ponerle huevo y corazón y solucionarlo”.

Acto seguido, Fantino le preguntó cómo llegó a esa conclusión, ella contó que lo hizo cuando lloraba de hambre, y agregó: “Deseaba un helado, miraba a la gente con un helado y se me hacía agua la boca. No tenía ni para comprar un chicle. Siempre luché. La vida me enseñó que, cuando uno quiere algo, tiene que luchar por eso. Si vos no luchás, no tiene sentido la vida”.

El mismo día de su internación, Alejandra Oliveras debía representar al Frente de la Esperanza en la Convención Reformadora de la Constitución provincial de Santa Fe, cuyo temario contiene la revisión de 42 artículos de la Constitución, con foco en la posibilidad de una reelección del gobernador por un solo mandato consecutivo, la autonomía plena de municipios y comunas, la modernización del sistema legislativo, la ampliación de derechos constitucionales y la participación ciudadana a través de propuestas en línea.

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