El presidente del Ente Tucumán Turismo recorrió las obras de recuperación del predio del ex ingenio Esperanza y destacó el potencial de la localidad para sumarse a futuros circuitos turísticos.
La comuna de Delfín Gallo avanza con decisión en la revalorización del predio del ex ingenio Esperanza, un sitio cargado de historia que está siendo transformado en un gran espacio comunitario, cultural y turístico. En ese marco, el presidente del Ente Tucumán Turismo (ETT), Domingo Amaya, y el secretario general del organismo, Marcos Díaz, recorrieron las obras junto al comisionado comunal Ambrosio Páez.
Durante la visita, Amaya destacó el impacto del proyecto: “Me sorprendió gratamente lo que vi. La recuperación de este espacio es un acto de amor por la comunidad. Aquí hay historia, identidad y un enorme potencial para integrarse a los circuitos turísticos del azúcar en nuestra provincia”.
Las obras incluyen la recuperación integral del chalet del antiguo ingenio, que albergará un centro de monitoreo, un punto digital, una escuela secundaria para adultos y espacios culturales y deportivos. El predio también cuenta con una cancha de básquet, zonas de recreación y un circuito urbano de uso múltiple. Se trata de un espacio que promueve el encuentro comunitario, la educación y el deporte, y que estará al servicio de los vecinos de todas las edades.
En una segunda etapa, el proyecto contempla la puesta en valor de la vieja casona y el pórtico del ingenio, con la intención de consolidar un polo cultural que preserve la memoria productiva de Delfín Gallo. “Queremos que esta historia viva se convierta también en una oportunidad de desarrollo”, explicó Páez.
Desde el Ente de Turismo se valoró el esfuerzo de la comuna y se planteó la posibilidad de integrar este espacio a una futura Ruta del Azúcar, que permita compartir con turistas locales y foráneos el legado de la industria azucarera y el proceso de transformación que viven pueblos como Delfín Gallo.
“Tal como impulsa el gobernador Osvaldo Jaldo, debemos trabajar por el desarrollo de cada pueblo tucumano. La caña de azúcar no es solo azúcar: es energía, es cultura, es identidad. Y también es turismo. Por eso vamos a seguir acompañando estos procesos que devuelven dignidad, oportunidades y orgullo a nuestras comunidades”, concluyó Amaya.