Ezequiel del Bel: la arqueología como herramienta de memoria y justicia

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El arqueólogo tucumano habló en Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7) sobre su labor en investigaciones de crímenes de lesa humanidad y la importancia de una política de Estado comprometida.

En diálogo con David Correa para Mediodías Taficeños (Dale FM 104.7), el arqueólogo Ezequiel del Bel, coordinador del ICIAC (Instituto de Ciencias Antropológicas y Arqueológicas Contemporáneas), compartió una mirada profunda sobre el rol de la arqueología forense en Tucumán y el trabajo que su equipo realiza en causas vinculadas a la última dictadura cívico-militar.

 

La arqueología del pasado contemporáneo

Del Bel explicó que su equipo no se limita a la búsqueda e identificación de restos humanos.

“Nosotros no decimos que hacemos arqueología forense únicamente. Hacemos una arqueología del pasado contemporáneo, donde analizamos a las víctimas, las historias de vida y los circuitos de los centros clandestinos”,

detalló.

El ICIAC lleva más de dos décadas de trayectoria, y entre sus intervenciones más relevantes se encuentran las investigaciones en la Escuelita de Famaillá, el Arsenal Miguel de Azcuénaga, el Pozo de Vargas y Santa Lucía, sitios emblemáticos del horror durante la dictadura.

Según el investigador, su motivación fue personal y ética:

«Sentí que debía aportar desde mi profesión algo con impacto actual. Los organismos de derechos humanos necesitaban respuestas, y la arqueología podía darlas”.

 

Un trabajo que sigue pese a la falta de recursos

A pesar del valor científico y social de su labor, del Bel denunció las dificultades económicas y burocráticas que atraviesan las investigaciones.

“Desde el año pasado venimos trabajando sin fondos. Logramos los permisos judiciales, pero no los recursos. Todo lo hacemos a cuenta gotas, muchas veces de nuestro propio bolsillo”, explicó.

 

El financiamiento debería provenir —aclaró— del Consejo de la Magistratura o del Juzgado Federal, ya que las tareas forman parte de causas judiciales. Sin embargo, los aportes fueron suspendidos:

“Es imposible sostener excavaciones o entrevistas sin apoyo. Lo hacemos porque creemos que hay que hacerlo. En muchos casos, todo fue ad honorem”,lamentó.

 

La necesidad de una política de Estado

Durante la entrevista, David Correa subrayó la ausencia de una política pública sostenida que acompañe los procesos de memoria y justicia. Del Bel coincidió:

“Hace falta una política de Estado real. Si se autoriza una investigación, debería venir acompañada de los fondos. No puede depender solo de la buena voluntad de los profesionales”.

 

El arqueólogo insistió en que su tarea tiene un valor más allá del hallazgo material: es una forma de reparación simbólica y social.

“Buscamos no solo restos, sino también comprender los mecanismos de la violencia estatal, para que no se repita”.

 

Pasión y compromiso

Cerrando la charla, del Bel agradeció al programa por visibilizar la tarea de su equipo.

«Afirmamos cada día esta profesión porque nos encanta. Somos apasionados por la historia del país y por el deber de mantener viva la memoria”.

 

La arqueología, en manos de profesionales como Ezequiel del Bel, se vuelve una herramienta de verdad y justicia, capaz de dialogar con el pasado reciente y de construir un futuro más consciente.

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