«Ni Una Menos»: una década de lucha y casi 2.600 femicidios

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Organizaciones feministas marchan en todo el país exigiendo justicia, prevención y más presencia estatal.

Argentina sigue enfrentando una ola imparable de violencia de género. A una década del primer grito colectivo de #NiUnaMenos, el balance es escalofriante: 2.590 mujeres asesinadas en femicidios, 95 en lo que va de 2025 y un promedio brutal que no baja: una muerte cada 33 horas.

La cifra, divulgada por el Observatorio de Mujeres, Disidencias y Derechos de MuMaLá, refleja una realidad alarmante. No sólo no se detuvo el número de femicidios, sino que también aumentaron los intentos, con 2.647 tentativas registradas en los últimos cinco años.

“Por cada femicidio hay al menos dos intentos. La violencia se naturaliza en la vida cotidiana y eso tiene consecuencias letales”, denunció Victoria Aguirre, presidenta de MuMaLá.

¿Dónde se cometen más crímenes?

El informe subraya que la provincia de Buenos Aires encabeza el ránking con 44 casos solo en 2025, pero que los datos más preocupantes surgen al observar el índice por densidad poblacional.

Mendoza, Córdoba, Chaco y Santa Fe registran cifras que, en proporción, resultan alarmantes. “En los territorios con menos habitantes, los números impactan con más fuerza. La violencia machista no tiene geografía exclusiva”, aseguró Aguirre.

Paradójicamente, el único descenso significativo se dio en 2021, pleno confinamiento de pandemia. Pero lejos de ser un alivio, los números revelan otra cara del horror: los intentos de femicidio aumentaron drásticamente.

“El encierro forzoso con un agresor fue una bomba de tiempo. La violencia se volvió más silenciosa, pero igual de peligrosa”, afirmó Aguirre.

La voz de una madre que convirtió el dolor en ley

Andrea Lescano, mamá de Micaela García, asesinada en 2017, participará este 3 de junio de una jornada organizada por la Fundación que lleva el nombre de su hija. Su lucha fue clave para la sanción de la Ley Micaela, que establece capacitaciones en género obligatorias para los tres poderes del Estado.

“Lo hago por mi hija, y por todas las que hoy no están. Que Mica siga viva en cada taller, en cada marcha”, expresó emocionada.

Aunque valora la ley, Lescano advierte sobre el vaciamiento de políticas públicas y reclama que las capacitaciones no se limiten a formatos virtuales: “La presencialidad es clave. El intercambio, el contacto humano. Esa es la única forma real de concientizar”.

Las estadísticas son frías. Los nombres, no. Cada una de las 2.590 víctimas tenía un proyecto, una familia, una vida que fue arrancada. Hoy, esas vidas son banderas que miles de personas volverán a levantar en cada rincón del país.

A 10 años del primer #NiUnaMenos, la consigna sigue siendo urgente. Las mujeres y disidencias vuelven a las calles, esta vez con una herida más profunda y una exigencia más clarabasta de muertes, basta de impunidad.

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