No hay lugar para el miedo
Educar sin violencia es cuidar la salud mental de nuestros niños.
El acoso escolar y el ciberacoso son formas de violencia que dejan heridas profundas en la infancia. Cada gesto de burla o exclusión puede marcar un antes y un después en la vida de un niño.
La escuela debe ser un espacio de respeto, aprendizaje y acompañamiento emocional. Desde la familia y los profesionales de la salud, tenemos la responsabilidad de detectar, prevenir y actuar a tiempo.
Educar en empatía, autoestima y valores es la base para erradicar el maltrato. Porque un niño que se siente escuchado y seguro aprende, crece y florece.
Este Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, sumémonos a la reflexión: ¿qué podemos hacer hoy para que nuestras escuelas sean lugares donde nadie tenga miedo?







