
El flamante triunvirato de la CGT fue recibido esta tarde por el interbloque kirchnerista del Senado, que comanda el formoseño José Mayans, para intercambiar pareceres sobre la reforma laboral que el Gobierno aún no envió al Congreso, situación que pospone su tratamiento en las sesiones extraordinarias. A pesar de ello, el principal temor que transcurrió durante el convite fue unánime: que el Gobierno avance exprés y como sea en la Cámara alta.
“Parece que va a ser todo rápido”, fue el mensaje que oyeron los sindicalistas y senadores durante el convite. Al término del encuentro, uno de los tres jefes de la CGT, Cristian Jerónimo, aseguró que la iniciativa que aún no germinó de manera oficial -sí hay un festín de borradores- “quita la calidad de derechos individuales y colectivos, y no va en pos de generar más puestos de trabajo, sino todo lo contrario”.
“El problema de lo que está sucediendo en la Argentina no es un problema de la reforma laboral, sino que el modelo económico está totalmente en recesión, en el cual todos los días vemos que cierran empresas, que se cierran puestos de trabajo y creemos que la salida no es con una reforma laboral que quita derechos”, añadió Jerónimo, referente de los empleados del vidrio.
Uno de los tres secretarios generales de la CGT detalló: “Cuando existió una necesidad de adecuar alguna actividad o un convenio en particular, se sentaron las dos partes interesadas, tanto el sector empresarial y los representantes de los trabajadores, y se pusieron de acuerdo. Así, tuvieron crecimiento y se generaron más puestos de trabajo”.

La plana sindical prefirió no estar en la centralidad de las imágenes cedidas por el PJ y Jerónimo estuvo en un rincón junto a los otros dos titulares de la CGT, Octavio Argüello (Camioneros) y Jorge Sola (Seguro). De hecho, delante de ellos reapareció el jefe de APL -principal gremio del Congreso-, el kirchnerista Norberto Di Próspero, que viene de unos meses de amor y odio con la Vicepresidenta, Victoria Villarruel. Ambos esperan la salida de un decreto de la exmileísta para resolver una cuestión delicada que involucra a personas con décadas de manejos sensibles dentro del Palacio Legislativo.
Por su parte, el senador camporista Mariano Recalde opinó: “No tenemos fecha de cuándo va a llegar. Nosotros queremos discutirlo profundamente. La garantía que le dimos es que nuestro interbloque no va a apoyar ninguna reforma que perjudique a los trabajadores ni a sus organizaciones. Buscan debilitar al movimiento obrero para arrodillar a los trabajadores, para que no se negocie más de igual a igual. Por eso proponen la negociación por empresa”.
Recalde también señaló que el texto del Gobierno “propone derogar la última ley, la más moderna que ha sido dictada en materia laboral, que es la ley de teletrabajo”. Y agregó: “Queremos discutir mejoras en las licencias por paternidad, que hoy están atrasadas. Un padre hoy solo tiene dos días cuando nace su hijo y esta propuesta, lo que hace, es que la madre le ceda días de su licencia al padre. La verdad es que son cosas que queremos discutir. Así, como están planteadas, son muy difíciles”.
En la cumbre concretada esta tarde-noche en la oficina central de Mayans se mostraron sindicalistas como Gerardo Martínez (Construcción), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); las senadoras Juliana di Tullio (Buenos Aires), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) y Florencia López (La Rioja); y la diputada y gremialista judicial Vanesa Siley, entre otras. La última sostuvo en redes sociales que la ley de la Casa Rosada “va a profundizar la informalidad, el desempleo y la calidad de vida de los argentinos”.







