
El festín de especulaciones por suerte terminó y el Congreso inicia su semana más frenética de sesiones extraordinarias: con una agenda más que desafiante y apretada, el Gobierno libertario buscará dictaminar y aprobar en las próximas 72-96 horas el Presupuesto 2026 en Diputados, mientras que el Senado comenzaría el miércoles con la discusión de la reforma laboral, con una Patricia Bullrich que sueña con firmar un despacho este mismo viernes. Ello implica, de mínima, un oficialismo forzado a funcionar como un reloj suizo con propios y aliados, aunque algunas tuercas aún no se encuentran del todo ajustadas.
La ley de gastos es, dentro de un temario más amplio que envió el Ejecutivo para las extraordinarias -del 10 al 30 de diciembre-, la que tiene más chances de ser sancionada antes que finalice el año, en medio de constante un ida y vuelta entre la Casa Rosada y gobernadores. La Libertad Avanza (LLA) creció mucho en volumen legislativo tras las elecciones de octubre pasado, pero sin quorum ni mayoría pura en Diputados y el Senado. Tampoco cuenta con un mandatario provincial violeta. No es menor.
Revalidado como interlocutor único de Karina y Javier Milei, el titular de la Cámara baja, Martín Menem (La Rioja), blindó la ingeniería de repartija en comisiones que intervendrán en el actual período extraordinario. De hecho, durante la tarde de hoy se constituirán las de Legislación Penal; y de Presupuesto y Hacienda. La primera -16-, por el texto de “inocencia fiscal”; la segunda -17-, por la ley de gastos. Ambas presidencias quedarán ratificadas y en manos libertarias: Laura Rodríguez Machado (Córdoba) y Alberto Benegas Lynch (Buenos Aires), respectivamente.
Con ese paso consumado y una potencial mayoría entre oficialistas y aliados, el trámite del Presupuesto 2026 continuaría el martes, con el fin de arribar a un despacho y llevarlo al recinto al día siguiente. O, en el peor de los casos, el jueves. El apuro tiene un motivo: girarlo lo antes posible al Senado, que intentaría dictaminar el viernes y dejarlo a la vera de su sanción el sábado 27 o lunes 29.

Mientras aguarda dicho articulado, la Cámara alta concretará mañana, a partir de las 11, su reunión de Labor Parlamentaria para que los jefes de bloque definan la trayectoria de la reforma laboral. El paso previo es distribuir -sin lesiones ni escenas- las butacas de las comisiones de Trabajo; y de Presupuesto y Hacienda. Para ello, LLA tendrá que estar más que atenta a sus eventuales acompañantes externos. También, con al menos 100 pedidos de expositores, una jugada cantada de antemano por la oposición. La discusión formal se iniciará el miércoles. Bullrich pretende un dictamen el viernes -muy difícil, pero no imposible- y recinto el 27 o 29. Sumado al Presupuesto 2026. Y habrá que ver qué ocurre con la inocencia fiscal, que le importa y mucho a la gestión mileista. Ahí hay dólares.
La jefa de LLA en el Senado reforzó ayer la necesidad de una reforma con el ejemplo de un local de ropa para chicos en Junín, que enfrenta un juicio laboral por $200 millones. “No para los que laburan. No para los que, con esfuerzo, dan trabajo todos los días. Hoy, esta pyme familiar está embargada, parada y fundida. ¿Quién va a invertir y generar empleo con este nivel de locura?”, sentenció. Y agregó: “A los dueños, víctimas de jueces y abogados caranchos, los voy a invitar a contar su historia para que se conozca lo que están viviendo y se vea con claridad: quiénes quieren soluciones; o quiénes prefieren que las pymes se fundan y todos los trabajadores de ese negocios pierdan su trabajo”.
A más disertantes, plenarios de comisiones más abultados. Y, en el propio oficialismo legislativo, hay quienes apuestan por un trámite más lento y que la exministra de Seguridad no cumpla con su cometido. Son las batallas internas que no sorprenden a esta altura, sobre las cuales se deposita más energía que cuando llega el momento de ayudar en serio a la Casa Rosada.







