Durante los últimos largos años y, más allá olvidos selectivos en casos específicos, la web oficial del Senado siempre estuvo más adelantada en cuanto a transparencia en relación con la de Diputados, donde reinó la oscuridad de las administraciones kirchneristas, macrista y, ahora, libertaria. Por ello la preocupación de los últimos días en la Cámara alta, donde dos decretos firmados por la vicepresidenta y titular del Cuerpo, Victoria Villarruel, desaparecieron tras ser publicados: las resoluciones contienen nada menos que recategorizaciones de decenas de agentes -que responden a legisladores y, claro está, a los gremios- con un aditivo extra, al haber sido presentados sin los anexos correspondientes, en modo fantasma.
El embrollo incluye también el adiós, por ahora, de toda la nómina de la planta permanente, la temporaria, y de los contratos de locación. La pestaña aún existe, aunque al querer revisar los datos aparece el mensaje “página web en mantenimiento”. El acceso a este tipo de cuestiones sirvió en el pasado, como disparador, para investigaciones en las que Infobae reveló la contratación de una modelo que hizo el senador misionero renovador -no massista- Carlos Arce y que, a los 20 días, eyectó; o el caso del ex empleado que mantuvo relación con la Cámara alta pese a que tenía una condena por amenazas y usaba tobillera electrónica, y que Villarruel desvinculó.
Los decretos presidenciales -DP- 368 y 369 de 2025 fueron descargados por Infobae el 30 de junio a las 17.33 y 17.34, respectivamente. En ese momento, se encontraban disponibles en la web oficial. El primero apunta a que la “Dirección General de Recursos Humanos propició la recategorización de un grupo determinado de agentes en cumplimiento de una política institucional orientada a la mejora continua de las condiciones laborales y el fortalecimiento de la carrera administrativa”.
El texto agrega: “Esta medida procura consolidar trayectorias laborales que contribuyen al mejor funcionamiento del servicio legislativo, promoviendo criterios objetivos de crecimiento dentro de la estructura institucional. En ese marco, las recategorizaciones se sustentan en el reconocimiento del mérito individual, la experiencia acumulada y el compromiso sostenido de los agentes en sus respectivos ámbitos de desempeño. Asimismo, se valoran los antecedentes de formación que fortalecen el perfil profesional del personal, en el marco de una política de jerarquización de la carrera administrativa”.
Por su parte, el 369 está orientado a otra decisión de Recursos Humanos para los trabajadores “que han asumido funciones que corresponden a una categoría superior a la que revistas de modo titular”. En ese sentido, detalla: Dichas recategorizaciones se propician en función a la categoría correspondiente, conforme a las tareas y funciones que vienen desempeñando de manera sostenida, responsable y competente en sus respectivos cargos”.
En los considerandos, además, se manifiesta que, con lo ejecutado, se consolidan “derechos adquiridos mediante el ejercicio constante, idóneo y responsable de funciones propias de una categoría superior”. E indica: “En tal sentido, no sólo se regulariza una situación de hecho, sino que también se ratifica el compromiso institucional con la transparencia y la valorización del trabajo realizado”. En el artículo 1 de ambos decretos se le “asignan a los agentes mencionados en el Anexo I, que forma parte del presente, la categoría que se indica para cada uno de ellos, a partir del 1 de junio de 2025). El inconveniente es que la documentación extra nunca se cargó. Ahora, ni si siquiera los dos DP.
¿Qué hay detrás de todo esto? Meses de tira y afloje con los muy silenciosos gremios. El principal es APL, del temido por unos y respetado por otros Norberto Di Próspero, quien forma parte del PJ nacional de la hoy condenada Cristina Kirchner. Como las magras negociaciones paritarias derivaron en un malestar generalizado -muchos empleados del Congreso cumplen desde hace años con su tarea y, como suele ocurrir, son los más perjudicados-, las recategorizaciones fueron el camino elegido para descomprimir la tensión. Imposible saber los beneficiados.