
Sergio Uñac tiene un objetivo claro para su carrera política. Quiere constituirse en una opción nacional viable para el peronismo. En su cabeza está la posibilidad de ser candidato a presidente en el 2027, pero sabe que para eso es importante recorrer un largo camino previo. Sobre todo en una fuerza política dinamitada y sin un liderazgo que la ordene.
El ex mandatario de San Juan y actual senador nacional dio el primer paso en una hoja de ruta a la que le está dibujando las primeras paradas. Este martes se reunió con el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, para empezar a interactuar con los principales dirigentes de la oposición nacional.
Intercambio de miradas políticas, económicas y de gestión. A eso apunta y eso es lo que hizo con Figueroa, que mantiene un perfil opositor pero dialoguista respecto al gobierno de Javier Milei. “Es un gusto generar espacios para el intercambio de ideas y proyectos sobre la importancia de fortalecer las industrias, en este caso, haciendo foco en la minería”, indicó el sanjuanino en sus redes sociales.
Tal como había dejado trascender en una entrevista con Infobae un mes atrás, su voluntad es levantar el perfil, recorrer el país y tratar de dar “un paso más” en el 2027, cuando se realicen las próximas elecciones presidenciales. “En la próxima fórmula presidencial el PJ debería tener un componente del interior”, afirmó a principios de noviembre durante el diálogo con este medio. “Es momento de una nueva tonada”, dicen, con picardía, algunos de sus allegados, recordando la frase de Axel Kicillof sobre la necesidad de tocar una nueva canción.

Uñac es una de las figuras del interior que hace pie en la agrupación Primero la Patria, que contiene a un sector del kirchnerismo y a una parte del peronismo federal. Un espacio que respeta el liderazgo de Cristina Kirchner aunque no todos se sientan conducidos por ella. Sobre todo quienes son ex gobernadores como el sanjuanino y el salteño Juan Manuel Urtubey.
El triunfo de Cristian Andino en San Juan en las últimas elecciones legislativas fue el principal motor para que Uñac arranque a caminar. Andino es un dirigente de su confianza, que llegó a la cima de la boleta de diputados nacionales respaldado por él. Además, fue el último candidato a vicegobernador de Rúben Uñac, el hermano de Sergio, que perdió en los comicios del 2023.
La victoria con el sello uñaquista fue de las pocas que tuvo el peronismo a nivel nacional, en una instancia donde el Gobierno pintó de violeta gran parte del país. Esa victoria llevó a Andino a la Cámara baja y a Uñac a tomar carrera para empezar edificar un liderazgo dentro del peronismo. Ese movimiento será a fuerza de caminatas, visitas, ambición y audacia. Porque ya no hay dedo que valga.
Aún no está cerrado, pero es probable que el senador nacional visite, antes de las fiestas, la provincia de La Rioja, donde gobierna Ricardo Quintela, uno de los opositores más duros a la gestión libertaria. Su intención es seguir, con un ritmo activo, un raid de visitas durante el año que viene. El 2026 será clave para el peronismo porque la fuerza política debe discutir un nuevo proyecto para encolumnar mayorías. En términos más dulces y platónicos, tienen que volver a enamorar.

El peronismo está tan fragmentado que nadie tiene claridad sobre cuánto les costará poder construir una opción política sustentable. Son pocos los gobernadores que están alineados trabajando juntos, los bloques legislativos sufrieron pérdidas, la nueva CGT no ha dado ningún gesto político para convertirse en un mediador de las internas y las diferencias entre Kicillof y CFK se agrandan con el paso del tiempo.
En ese contexto, Uñac está decidido a dibujar un plan de acción para ganarse un lugar en la mesa final del peronismo. En la que se defina quién tiene capacidad, empatía con electorado y votos en los bolsillos para ser candidato a presidente en un año y medio. Falta mucho, pero tampoco falta tanto. Primero hay que articular voluntades, tejer alianzas y curar heridas. No es un trabajo sencillo. El sanjuanino tiene ganas de hacerlo.
El nombre de Uñac está en un grupo donde también se encuentran el flamante senador de Santiago del Estero Gerardo Zamora, Axel Kicillof y Sergio Massa. Son las cuatro figuras que hoy se nombran en todas las roscas peronistas como opciones posibles para el 2027. Ni más, ni menos.
De los cuatro, el que ha dado señales más claras es Kicillof, que la semana pasada aplaudió con ganas el grito de guerra del intendente de Ensenada, Mario Secco, uno de sus principales aliados: “Terminó esta campaña y empieza la nueva. Axel Kicillof presidente 2027″.
Una gran parte del peronismo bonaerense empuja la candidatura del Gobernador. Pero en los PJ del interior la mirada es otra. Hay un convencimiento uniforme de que, hasta que no se resuelva la interna kirchnerista en la provincia de Buenos Aires, es imposible pensar en una candidatura firme de Kicillof. Además, son muchos los que creen que es importante que haya un protagonismo más marcado de una figura del interior del país.

A diferencia de Uñac, el gobernador bonaerense tiene pensado que quienes visiten los territorios para escuchar las realidades provinciales sean delegados de su mandato. Quiere moderar su perfil y sus imágenes de alto contenido simbólico de cara al año electoral. Porque, además de mostrar su voluntad política, debe gestionar la provincia enfrentado a Milei y con cortocircuitos permanentes con La Cámpora.
Zamora y Massa se mantienen en absoluto silencio. Sus nombres giran. Sus caras se conocen. Y sus perfiles, también. Ambos están en el candelero del peronismo, que se ha convertido en una fuerza necesitada de figuras que puedan encabezar un proyecto nacional. Sobre todo tras el fracaso del gobierno de Alberto Fernández y la detención de Cristina Kirchner.
Sergio Uñac saltó a la cancha y levantó la mano. Un puñado de años atrás tuvo la voluntad de ser candidato a presidente pero no prosperó. Tenía apoyo y cierta condescendencia del kirchnerismo para su desembarco en la arena electoral. No se definió. No fue. Historia vieja. Ahora, empezó a transitar un camino nuevo. El peronismo empezó a hablar del 2027 y a moverse en consecuencia. El sanjuanino es la clara muestra de ese fenómeno justicialista.







