La comunidad taficeña despidió en las últimas horas a María Magdalena Uda (izquierda), religiosa de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, quien falleció en España tras más de cinco décadas dedicadas a la vida consagrada. Su vocación comenzó muy joven: a los 14 años abrazó el carisma de la Consolación, formándose en el histórico colegio de las hermanas en Tafí Viejo antes de ingresar definitivamente a la congregación.
Su muerte provocó una inmediata ola de mensajes en Facebook, donde familiares, amigas, excompañeras de colegio y miembros de la comunidad educativa destacaron su bondad, cercanía, humildad y un testimonio de fe que marcó vidas.
Una misionera de luz, recordada con profundo cariño
Entre los comentarios más emotivos, un vecino escribió:
“Tuve la suerte de conocerla personalmente. Era un verdadero ser de luz espiritual… uno se daba cuenta de que estaba hablando con alguien enteramente consagrada a Dios.”
Varias excompañeras del Colegio de la Consolación también la recordaron:
“Fue una excelente compañera. Qué brille para ella la Luz Infinita.”
“Siempre la recordé con cariño, fue mi compañera en la primaria.”
El eco de su entrega pastoral también llegó desde otras provincias. Una feligresa de San Juan destacó:
“Mi agradecimiento por todo lo que sembró en la comunidad. Una de las Hermanas fundadoras. Mi oración por su alma.”
Las palabras de su familia cerraron el círculo de dolor y gratitud:
“Gracias a todos los que escribieron por sus palabras para mi hermana querida. Los abrazo a todos.”
Una mujer que encarnó el carisma de la Consolación
La hermana María Magdalena dejó una huella profunda donde vivió y sirvió. Quienes la conocieron destacan su oración constante, su silencio fecundo, su alegría sencilla y una caridad que parecía no agotarse. Su vida refleja la espiritualidad de su congregación: “consolar como Dios consuela”, especialmente a los más débiles, los jóvenes y quienes buscan esperanza.
A lo largo de más de medio siglo junto a la Consolación, forjó vínculos que trascendieron fronteras. Desde su misión en España, mantuvo siempre viva la memoria de su Tafí Viejo natal.







